Sealand, el 'país' más pequeño del mundo, es en realidad una micronación que se encuentra frente a las costas de Reino Unido. Este Principado, que cuenta con su propia moneda y una Familia Real, se constituyó hace ahora 55 años, cuando Roy Bates ocupó una vieja plataforma militar abandonada durante la Segunda Guerra Mundial.

Su plan era perfecto, porque se encontraba a unos kilómetros de la costa británica pero ya en aguas internacionales. Durante una de las entrevistas que realizó, él mismo reconoció que le comunicaron que "legalmente podía hacerlo", aunque pensaban que era algo "imposible".

Pese a todo, Roy no renunció a su idea y, junto a su mujer, declararon la Independencia, redactaron una Constitución, compusieron un himno y expidieron pasaportes. Sin embargo, como les suele pasar a todas las micronaciones, le faltaba lo más importante para ser un Estado. "Les falta el reconocimiento de otros estados", desvela Astrid Portero, redactora de 'El orden mundial'

Un requisito que creerían que podrían cumplir cuando en 1978 un alemán trató de asaltar la plataforma y dar un golpe de Estado. El hombre acabó detenido y el gobierno alemán mandó un diplomático para sacar de allí a su ciudadano, lo que en Sealand fue visto como un reconocimiento a su soberanía, aunque no lo era.

Ahora, 55 años después, el hijo de Roy mantiene viva la dinastía a pesar de que durante el año solo vive un vigilante. Una micronación de 550 metros cuadrados que ahora también expide títulos nobiliarios a través de su web y que sigue luchando por su reconocimiento internacional.