"Estoy orgulloso de haber reducido las salidas, los desembarcos y el número de muertos. Mi objetivo es que esos niños, hombres y mujeres no tengan que huir por desierto y por mar, y tengan un futuro en sus países de origen", subrayó Salvini en una retransmisión en directo desde las redes sociales. "Estoy contento porque las políticas egoístas, racistas y fascistas salvan vidas", añadió.
El Ministerio del Interior de Italia ha publicado este lunes los datos relativos a las llegadas de inmigrantes al país y las cifras muestran que este año han desembarcado 23.210 personas, un 87,85 % menos que en 2017, cuando ascendieron a 118.914, y un 92,80 % menos que en 2016, con 180.327 personas.
Salvini justificó su decisión de cerrar los puertos italianos a los inmigrantes rescatados en el mar Mediterráneo como medida de prevención contra los traficantes de personas, que "compran drogas y armas" con el dinero que cobran a las personas que quieren llegar a Europa para buscar un futuro mejor. "En nuestro país entra quien tiene derecho y llega pidiendo permiso, por favor y diciendo gracias. ¿Esto es nazi o fascista? No, es lo justo", opinó.