La responsable de los Servicios de Seguridad Policiales (PST), Benedicte Bjørnland, aportó estos detalles sobre el sospechoso en una rueda de prensa horas después de que los artificieros explosionaran de forma controlada el artefacto que le encontraron al menor, un "objeto explosivo primitivo de limitada capacidad dañina".

Al asilado ruso se le investiga por un presunto delito de posesión ilegal de material explosivo y todavía no se han podido aclarar los motivos de su acción, agregó Bjørnland.

Según la televisión pública NRK, varias personas del círculo del joven, que reside en el norte del país con su familia, con la que llegó en 2010, habían alertado de sus ideas islámicas extremistas a las autoridades locales, que avisaron a su vez al PST.

Los servicios de inteligencia noruegos admitieron haber tomado medidas preventivas sobre él con anterioridad. La abogada del detenido, Aase Karine Sigmond, calificó en declaraciones al diario "Aftenposten" el explosivo que se le había encontrado a su cliente de "travesuras de chicos", y aseguró que este no simpatiza con el islamismo radical.