El primer ministro de Ucrania, Denis Shmigal, ha asegurado este domingo que las fuerzas ucranianas todavía controlan parte de la asediada ciudad de Mariúpol y que seguirán combatiendo a pesar del ultimátum dado por Rusia este madrugada.
"La ciudad sigue sin caer", ha declarado el primer ministro ucraniano en declaraciones a la cadena estadounidense ABC. "Los militares van a luchar hasta el final", ha añadido.
En la misma entrevista, Shmigal declaró su intención de mantener en los próximos días una reunión con responsables del Fondo Monetario Internacional (FMI) para garantizar un préstamo de ayuda al país en su guerra contra Rusia.
El portavoz del Ministerio de Defensa de Ucrania, Oleksandr Motuzianik, también ha confirmado en rueda de prensa que las fuerzas ucranianas siguen resistiendo a pesar de que Rusia sigue enviando refuerzos para proseguir su avance.
"La situación en Mariúpol es difícil y dura. La lucha está ocurriendo en este momento. El Ejército ruso está llamando constantemente a unidades adicionales para asaltar la ciudad", ha declarado el portavoz.
El aviso de Rusia
Rusia instó este domingo a los militares ucranianos en Mariúpol a cesar las hostilidades y deponer las armas a partir de las 06.00 hora de Moscú (03.00 GMT) y aseguró que se les garantizará la vida.
Así lo anunció en una declaración el jefe del Centro de Control de Defensa Nacional de la Federación Rusa, el coronel general Mikhail Mizintsev, según la agencia oficial Tass.
La estratégica Mariúpol, junto al Mar de Azov, es una de las principales metas de los rusos en su esfuerzo por lograr el total control de la región del Donbás y formar un corredor terrestre en el este del país desde la anexionada península de Crimea.
"Dada la situación catastrófica que se ha desarrollado en la planta metalúrgica de Azovstal, además de guiarse por principios puramente humanos, las Fuerzas Armadas Rusas ofrecen a militantes de batallones nacionalistas y mercenarios extranjeros desde las 06:00 hora de Moscú el 17 de abril de 2022 detener cualquier hostilidades y deponer las armas. A todos los que depongan las armas se les garantiza la preservación de la vida", dice el comunicado.
Mizintsev dijo que el contenido de las "negociaciones entre militantes de formaciones nacionales y mercenarios bloqueados en Mariúpol en la planta metalúrgica de Azovstal atestigua su situación desesperada, exigen persistentemente el permiso oficial de Kiev para rendirse, pero en respuesta reciben amenazas de ejecución". Añade que los militantes se encuentran "en una situación desesperada, prácticamente sin comida ni agua".
La declaración divulgada durante esta madrugada del domingo, según la agencia rusa, se transmitirá también a la ONU, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en europa (OSCE), el Comité Internacional de la Cruz Roja y otras organizaciones internacionales.
Zelenski: "La situación sigue siendo lo más grave posible, simplemente inhumana"
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo en un video dirigido a la nación el sábado por la noche que "la situación en Mariúpol sigue siendo lo más grave posible, simplemente inhumana", y lo achacó a que Rusia "deliberadamente continúa destruyendo nuestras ciudades. Están tratando deliberadamente de aniquilar a todos los que quedan en Mariúpol", según la agencia local Ukrinform.
Agregó que desde que ha sido asediada su Gobierno ha intentado "una solución, ya sea militar o diplomática, cualquier cosa para salvar a nuestra gente. Pero encontrar esta solución es extremadamente difícil. Hasta ahora, no ha habido una opción 100 por ciento sólida".
Los ataques rusos han provocado una de las mayores catástrofes humanitarias en Mariúpol al bombardear a los residentes desarmados y bloquear la llegada de la ayuda humanitaria, según la agencia ucraniana. Según la alcaldía de la ciudad, hasta 20.000 civiles han muerto en desde el inicio de la invasión rusa.
La Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano afirma que los rusos han desplegado hasta 13 crematorios móviles en Mariúpol para sacar de las calles los cuerpos de los civiles asesinados. Las autoridades ucranianas consideran que unos 120.000 civiles permanecen en la ciudad sitiada, que defienden el Regimiento Azov, los Marines y otras fuerzas.