La Agencia Rusa de Supervisión de Comunicaciones ha obligado a Tinder a compartir con ellos los datos de todos sus usuarios registrados, según ha recogido la 'BBC'.
En el país, la aplicación de contactos está obligada a proporcionar las claves de encriptado con las autoridades y a conservar la información de sus usuarios en servidores rusos durante seis meses. De haberse negado a hacerlo, Rusia podría haber vetado la app en el país tal y como hizo con Telegram.
Ahora, Tinder ha sido "agregado a un registro tras haber transmitido las informaciones necesarias", según confirma la propia agencia de telecomunicaciones. No obstante, las autoridades aseguran que "este registro de ninguna manera comparte ningún usuario o información personal con ningún organismo regulador ruso" y que no han entregado "ningún dato a su gobierno".
Hace tiempo la aplicación de mensajería Telegram se negó hace meses a entregar al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) los códigos de cifrado de los mensajes de sus usuarios.
Al no cumplir con la ley rusa, las autoridades anunciaron que desde 2018 estaban procediendo a bloquear la app dentro de sus fronteras. Sin embargo, son muchos los usuarios que siguen utilizándola recurriendo a servidores proxy anónimos o VPN (redes privadas virtuales).
Aunque Rusia se escuda en que la implantación de estas leyes tan estrictas es para "prevenir el terrorismo y los ciberataques", los más críticos insisten que en realidad es para "aumentar la censura" e intentar acabar con Internet.
De hecho, la semana pasada el presidente Vladimir Putin firmó un proyecto de ley de "Internet soberano" que permitirá a las autoridades rusas aislar el Internet del país del resto del mundo.