Varios misiles de alta precisión rusos lanzados desde el mar Caspio han caído en la ciudad costera de Odesa, al sur de Ucrania. Entre los objetivos, un edificio de 16 plantas y un presunto almacén de armas proporcionadas por Estados Unidos. El ataque ha dejado al menos 18 heridos y ocho muertos, entre ellos, un bebé de tan solo tres meses. En el vídeo, puedes ver el momento en el que el misil impacta directamente sobre un bloque de 16 plantas tras surcar el cielo con un fuerte silbido durante unos segundos.

En Járkov, más al este, sus vecinos también se han visto sorprendidos por el sonido de las bombas. Ucrania asegura haber recuperado tres enclaves en este ciudad, mientras que en Jersón dicen haber acabado con otros dos generales rusos.

Por su parte, el Kremlin intensifica sus bombardeos, especialmente en las zonas del Donbás aún controladas por los ucranianos. Atacan sin distinción entre posiciones militares y civiles. En el vídeo, las imágenes de la iglesia de Lukashivka, al sur de Chenígov, que ha quedado reducida a escombros por un ataque ruso. Allí, un dron ha volado atravesando edificios y mostrando una estampa desoladora.

Y en Slovyansk, al sur de Izyum, su alcalde ha denunciado que han atacado varias posiciones civiles, por lo que ha pedido a sus habitantes que abandonen la ciudad, ya que hasta allí se dirige una caravana de blindados rusos. El alcalde de Slovyansk teme que a sus vecinos les pueda pasar lo mismo que en ciudades como Bucha. Y es que una de cada tres víctimas de esta invasión sería de allí, donde ha terminado el recuento de cadáveres de su fosa común: 412 personas.

Ante el aumento de los bombardeos, Ucrania decretó un toque de queda este sábado de las 18:00 horas a las 4:00 horas en Zaporiyia, Járkov, Jersón y el Donbás, por lo que la Pascua ortodoxa la han celebrado este año en casa. En el resto del país, considerado "más seguro", el toque de queda ha sido fue hasta las 22:00 horas, lo que ha permitido que en Leópolis hayan tenido la oportunidad de apurar alguna celebración, en un pellizco de normalidad que han arrebatado a un conflicto que está a punto de alcanzar los dos meses de duración.