Rusia ha evacuado a unos 300 soldados rusos de Chernóbil tras detectar en ellos altos niveles de radiactividad.
Estos militares, que se suman al alto número de bajas producidas en el ejército de Vladimir Putin, se habrían contaminado al entrar en las zonas de exclusión de la antigua planta nuclear sin estar correctamente equipados.
Ya hace unos días, según la agencia Reuters, los trabajadores de la planta denunciaron que los soldados rusos se habían adentrado con los tanques en el Bosque Rojo, una de las zonas de exclusión, para cavar zanjas y trincheras.
Yaroslav Yemelyanenko, miembro del Consejo de Estado ucraniano, citando a fuentes bielorrusas, aseguró que hasta siete autobuses con soldados rusos se desplazaron hasta el Centro de Medicina Radiológica de Gomel. Según las mismas fuentes, estos no son los primeros militares que llegan en esta situación.
Ya este miércoles desde el Pentágono hablaban una retirada de las tropas rusas de la central nuclear. Sin embargo, en un principio se apuntó a una posible redistribución de los efectivos por el país para continuar con la ofensiva.
Fue el pasado 24 de febrero, nada más comenzar la invasión, cuando el ejército se hizo con el control de la planta nuclear. Entonces, estalló el temor por que los depósitos con restos radiactivos resultaran dañados y el "polvo nuclear pudiera propagarse por todo el territorio de Ucrania, Bielorrusia y los países de la Unión Europea".
A mediados de marzo, la OIEA miraba con preocupación la situación del personal de la antigua planta nuclear de Chernóbil, que ha dejado de realizar tareas de mantenimiento y reparación de equipos debido a la situación de estrés y fatiga en la que se encontraba. El director general de la agencia nuclear de la ONU, Rafael Grossi, aseguró que el personal de la central "ya no realizaba tareas de reparación y mantenimiento de equipos relacionados con la seguridad, en parte debido a su fatiga física y psicológica después de trabajar sin parar durante casi tres semanas".