Rusia ha amenazado este miércoles con bombardear los centros de toma de decisiones en Kiev si el Ejército ucraniano ataca o efectúa nuevas acciones de sabotaje en territorio ruso. Así lo ha afirmado Ígor Konashénkov, portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, en su parte de guerra vespertino: "Vemos intentos de sabotaje y de ataques por parte de tropas ucranianas contra infraestructuras en territorio de Rusia". Si dichos intentos continúan, ha agregado, "las Fuerzas Armadas de Rusia lanzarán ataques contra los centros de toma de decisiones, incluido en Kiev, de lo que hasta ahora el Ejército ruso se había abstenido".

Esta misma jornada, los servicios de inteligencia ucranianos han asegurado que las tropas rusas pretenderían eliminar cualquier tipo de prueba que confirme que han cometido crímenes de lesa humanidad en Ucrania empleando crematorios móviles en diversos puntos de Ucrania, especialmente en la ciudad de Mariúpol. El objetivo sería evitar dejar rastro de sus atrocidades.

En un mensaje que reproduce en su cuenta de Telegram el ayuntamiento de esta ciudad portuaria, los servicios de inteligencia ucranianos aseguran que "el liderazgo de Rusia ha ordenado la destrucción de cualquier evidencia de los crímenes de su ejército en Ucrania".

Después del genocidio internacional generalizado del pueblo ucraniano en Bucha, en la región de Kiev, las tropas rusas comenzaron a utilizar crematorios móviles en Ucrania", agregan. Precisan que se han detectado "trece crematorios móviles en Mariúpol para limpiar las calles de los cuerpos de civiles muertos" y que las fuerzas de ocupación rusas "tratan de identificar a todos los posibles testigos de las atrocidades" para eliminarlos.

Mariúpol, una ciudad que contaba con cerca de medio millón de habitantes, permanece sitiada desde los inicios de la invasión rusa y el 80% de su superficie urbana ha sido totalmente destruida, según fuentes municipales. Estas fuentes aseguran que en la urbe a orillas del Mar de Azov, en la que apenas quedan 120.000 residentes que viven una catástrofe humanitaria, han muerto unas 20.000 personas como consecuencia de los ataques rusos.

El mensaje reproducido por el Ayuntamiento de Mariúpol incluye una fotografía en la que se muestra lo que parece un camión de gran tamaño que lleva en su interior un gran cilindro que asoma en su parte trasera, con una tapa que asemeja a un horno crematorio.

La inteligencia militar de Ucrania, agrega el mensaje, ha registrado repetidamente el uso de crematorios móviles en la región de Chernígov, en el norte, y en la de Lugansk, en el este del país. Agrega que el ejército ruso también usa estos crematorios para deshacerse de los restos de sus propios soldados muertos "con el fin de ocultar su número real" y no indemnizar a sus familiares.

También reitera que "las acciones del ejército ruso caen bajo la definición de genocidio de acuerdo con la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio y el Artículo 6 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional". vaticinan que el líder ruso, Vladimir Putin, que ha rechazado cualquier "crimen de guerra" por parte de las tropas rusas en Ucrania, continuará tratando de ocultar estos hechos.

Exhumación de los cuerpos en las fosas comunes de Bucha

Esta 43º jornada ha estado marcada también por la exhumación de cuerpos de la mayor fosa común hallada en Bucha. Un equipo de forenses de la gendarmería francesa apoyará a las autoridades ucranianas a investigar la procedencia de todos los cuerpos que están apareciendo en la localidad, cercana a Kiev.

Unas imágenes del horror que contrastan con las calles de la capital, en las que se empieza a volver a la normalidad tras la retirada de las tropas rusas de la zona. De hecho, según indica el periodista Alberto Sicilia, este miércoles ya se ha podido ver la apertura de algunos cafés y restaurantes de la zona.