Ucrania ha confirmado que el Ejercito ruso controla ya la antigua planta de energía nuclear de Chernóbil, tras una "feroz batalla" en la que han pedido el control de la central. Por el momento se desconoce el estado de la planta y las instalaciones con los desechos nucleares.

Las fuerzas rusas han atacado en la zona de exclusión de Chernóbil, cerca de un depósito de residuos nucleares, donde se han ocasionado combates.

Desde el Ministerio del Interior de Ucrania confirmaban que "la Guardia Nacional, que se ocupa de garantizar la seguridad de los depósitos de vertidos radiactivos, está combatiendo con todas sus fuerzas". "Nuestros defensores están dando la vida para que no se repita la tragedia de 1986", avanzaba el presidente ucraniano.

Avisaban además de que si los depósitos con restos radiactivos resultan dañados, "el polvo nuclear puede propagarse por todo el territorio de Ucrania, Bielorrusia y los países de la Unión Europea". Finalmente, han perdido el control de la antigua central.

El peligro de reventar el sarcófago de Chernóbil

En Más Vale Tarde, el periodista Ignacio Cemberro ha recordado precisamente la tragedia que supuso el accidente nuclear en Chernóbil en 1986, que provocó numerosos muertos no solo por el accidente sino también a consecuencia del cáncer y las enfermedades que generaron las radiaciones.

"Pese a todo son, el Ejército ruso son gente prudente, y son los primeros interesados en no reventar el sarcófago para que no volvamos a tener, a menor escala, esa tragedia nuclear", ha reflexionado el experto. El sarcófago, de 30.000 toneladas de peso, financiado por la Unión Europea, protege el reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil.

La zona de exclusión de Chernóbil, que está separada de territorio bielorruso por el río Prípiat, que da nombre a la ciudad en la que vivían los trabajadores de la planta soviética, es patrullada desde hace semanas por la guardia nacional ucraniana. El territorio de Ucrania y el de Bielorrusia fueron los más afectados por la nube radiactiva provocada por la mayor catástrofe nuclear de la historia ocurrida el 26 de abril de 1986.

En previsión de un posible ataque, el pasado viernes las autoridades ucranianas suspendieron los viajes turísticos a la zona de Chernóbil, un destino muy popular entre los turistas extranjeros en los últimos años.