El de Ruanda fue el mayor genocidio de África. Más de 800.000 tutsis fueron masacrados por las milicias hutu. La comunidad internacional cerró los ojos ante la matanza, pero ahora el Gobierno de Ruanda acusa a Francia de haber hecho algo más que mirar hacia otro lado. En un informe, elaborado junto un bufete de abogados estadounidense, aseguran que París no sólo armó a los hutu y permitió el genocidio.

En concreto, denuncian que Francia utilizó su operación militar en el país, presuntamente humanitaria, para proteger a sus aliados del gobierno hutu. Se basan en documentos desclasificados del Elíseo. "En estos papeles parece que hay una duplicidad de la intervención francesa. Es decir, que incluso hay un momento de duda de si no merece la pena rearmar a los hutu para recuperar el poder", asegura Bru Rovira, reportero.

Francia se jugaba su zona de influencia porque las milicias tutsi estaban apoyadas por Uganda, un país de habla inglesa aliado a su vez de Estados Unidos. Este conflicto de intereses entre potencias que ha hecho imposible esclarecer toda la verdad sobre lo ocurrido en Ruanda. "Cuando hay estos informes siempre hay política. Norteamérica pide cuentas a Francia. Está bien que lo haga, pero estaría bien que supiéramos el papel que tuvo todo el mundo", considera Rovira.

Cuando llegaron al poder, los tutsis se tomaron la revancha y asesinaron, al menos, a 300.000 hutus. Al frente de esas milicias estaba Paul Kagame, que lleva 23 años gobernando Ruanda y es un gran aliado de Estados Unidos.