Es miércoles. Un 31 de enero de 1990. Cientos de personas hacen fila alrededor del primer restaurante McDonald's en la Unión Soviética, en la Plaza Pushkin de Moscú. La expectación es máxima. No se creen que haya hamburguesas para todos.

Una puerta se abre. De forma literal y también simbólica. Es la apertura al capitalismo. Soplan aires de cambio y ese aire en concreto hoy huele a hamburguesa.

El Big Mac cuesta tan sólo 3 rublos (unos 4 céntimos de euro), frente a los más de 100 rublos (1,50 euros) de ahora. La gente se guarda las cajas y las cucharas de los helados de recuerdo. Al final del día, unas 30.000 personas habían pasado por el establecimiento.

Ni el frío extremo ni las horas de espera les desanimaron. Querían probar un trocito de ese enemigo que se había combatido durante décadas.

Un símbolo del capitalismo

Más de 27.000 ciudadanos enviaron una solicitud de trabajo pero apenas unos 600 fueron los elegidos. Se buscaba el trato excelente al cliente y la sonrisa permanente. Algo muy diferente a lo que se vivía en otros comercios del país.

Ese primer McDonald's fue considerado como un restaurante de lujo por los cientos de personas que siguieron visitándolo y se convirtió en un lugar de peregrinaje desde otras ciudades soviéticas. Sólo dos años después, con la apertura de más locales de arcos dorados en Moscú, se redujeron las colas en este restaurante emblemático.

Por fin el ciudadano medio soviético podía ver cómo era la vida más allá del Telón de Acero. La gente había escuchado tantas cosas sobre la cultura occidental sin poder acercarse, que se volvieron locos cuando llegó a Moscú la famosa cadena de hamburguesas.

Era el primer restaurante extranjero que se abría en la Unión Soviética. Sólo un año después, en 1991, llegaría la ruptura total de la URSS.

Ahora un nuevo Telón de Acero se levanta. Han pasado 31 años desde la inauguración de ese primer McDonald's en Moscú. La invasión rusa a Ucrania ha traído múltiples consecuencias económicas.

McDonald's, un símbolo cultural estadounidense, ha anunciado su cierre temporal en Rusia. 850 locales y 62.000 empleados se ven afectados. La cadena sí les seguirá no obstante pagando los salarios. Lanzan un mensaje al mundo: no pueden "ignorar el innecesario sufrimiento causado a Ucrania".

Durante muchos años se creyó que dos países con arcos dorados nunca irían a la guerra

Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales Comillas-ICAD

"Las dimensiones económicas que está tomando esta guerra son tan brutales que me sorprende que no se hayan previsto antes", observa el periodista Carlos Santos en Al Rojo Vivo.

"Putin está destruyendo dos países, Ucrania y la economía de Rusia. Durante muchos años se creyó que dos países con arcos dorados nunca irían a la guerra", añade Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales Comillas-ICAD. Ahora esa teoría se ha roto. Dos países con una clase media acomodada y que disfruta de la cultura occidental están en guerra.

No obstante, las sanciones de Europa por el ataque de Putin a Ucrania no se están notando por ahora en la población rusa. Así lo explica en este vídeo una ciudadana rusa, historiadora y socióloga. Ahora está por ver si la anunciada marcha de McDonalds junto a otros grandes símbolos como Coca-Cola, Starbucks o Zara, remueven más conciencias entre la población rusa.