Una empresa cárnica de Corea del Sur retuvo a un cachorro de labrador durante un largo tiempo colgado boca abajo para que fuera más jugoso. Las cuerdas con las que le ataron se incrustaron en su piel y sus patas se pudrieron.

Al dejar de ser útil para la venta de carne, la tiraron a un cubo de basura. Sin embargo, una protectora la recogió y la pudo llevar al hospital, donde tuvieron que amputarle las cuatro patas.

La protectora de animales coreana Nabiya Irion Hope, ya sabía que en esa zona se realizaban sacrificios de animales, por lo que encontraron al cachorro y se pusieron en contacto con ARME para hacer algo por su vida.

Chi Chi fue intervenida de emergencia dado que la infección que padecía en sus patas era muy grave. Tuvieron que amputarle las cuatro extremidades para que sobreviviera. Tras la operación, las protectoras diseñaron una prótesis para que Chi Chi pudiera andar de nuevo.

En la actualidad, este labrador le ha perdido el miedo a los humanos y será adoptada por una familia estadounidense.