El Gobierno conservador británico ha anunciado este lunes un paquete de medidas para reducir la inmigración que incluye elevar de 26.200 a 38.700 libras (30.530 a 45.100 euros, al cambio de hoy) anuales el salario mínimo requerido para conceder un visado de trabajo a extranjeros. El ministro del Interior, James Cleverly, ha detallado las nuevas normas ante la Cámara de los Comunes (baja), donde ha señalado que están pensadas para "reducir los abusos" del sistema por puntos introducido en 2021, tras el Brexit o salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

Ese sistema contempla la concesión de visados a estudiantes y mano de obra cualificada que reúnan ciertos requisitos, con condiciones especiales -como un sueldo más bajo- para sectores donde hay carencias como, actualmente, el sanitario, los científicos nucleares o los ingenieros. Además de que la empresa contratante asegure el sueldo mínimo impuesto, los candidatos han de hablar inglés y en algunos casos pagar por adelantado un recargo para acceder al servicio nacional de salud (NHS, en inglés). El Ejecutivo conservador del primer ministro, Rishi Sunak, está bajo presión de sus propios diputados para recortar la inmigración neta a menos de un año de la próximas elecciones generales, después de que en 2022 se situara en 745.000 personas.

Por otra parte, sigue buscando la manera de reducir la llegada de migrantes por vías irregulares -por ejemplo, en botes por el Canal de la Mancha-, después de que en noviembre la Justicia declarara ilegal su plan de enviar a potenciales refugiados a Ruanda para que se tramiten sus casos. Restricciones a trabajadores, estudiantes y familias. El Gobierno ha informado este lunes de a partir de la próxima primavera prohibirá que los empleados extranjeros de sectores críticos como el sanitario o de atención social que cobran menos que ese sueldo mínimo exigido traigan al país a sus dependientes.

Reconocen su "gran trabajo" pero los reducen

También se impedirá a los estudiantes, salvo a algunos de posgrado, que traigan a sus parientes y que se queden automáticamente a trabajar en el Reino Unido al finalizar sus estudios. Solo los trabajadores que cobren al menos esas 38.700 libras anuales podrán traer a sus familias al Reino Unido Interior reducirá, asimismo, el número de sectores que, por la necesidad urgente de mano de obra, están exentos de ciertos requisitos, a fin de que las compañías británicas ofrezcan mejores sueldos para atraer a ciudadanos del país.

"Evitaremos que la inmigración socave el salario de los trabajadores británicos", ha afirmado Cleverly, que ha subrayado que se mantendrán algunas excepciones para "poder continuar trayendo a trabajadores de los que depende nuestro sistema sanitario y de cuidado social". El político conservador aseguró que el Gobierno "reconoce" que los trabajadores extranjeros "hacen un gran trabajo en NHS y en el sector de atención social", pero ha considerado que es "importante que los migrantes hagan una contribución suficiente a las finanzas" del Estado.

El ministro mantuvo que esta estrategia llevará a "la mayor reducción nunca acometida en la migración neta" y aseguró que, de haberse aplicado el año pasado, se hubiera reducido en unas 300.000 personas. La portavoz laborista de Interior, Yvette Cooper, opinó, sin embargo, que los cambios anunciados "son una admisión por parte del Gobierno conservador (en poder desde 2010) de años de fracasos". La patronal Confederación de la industria británica (CBI, en inglés) dijo a su vez que este "aumento inflacionario del salario mínimo y de los recargos no solucionará las carencias (en mano de obra) que actualmente perjudican a las empresas y al crecimiento".