El Gobierno de Reino Unido ha anunciado este lunes que implantará en todos los hospitales del sistema nacional de salud, residencias de ancianos y laboratorios dos nuevas pruebas rápidas que pueden diagnosticar la COVID-19 en 90 minutos.
En un comunicado, el Ejecutivo británico ha especificado que se comenzarán a implementar estas pruebas a partir de la semana próxima y que el objetivo es aumentar "enormemente" la capacidad diagnóstica del país antes del invierno.
Así, ofreciendo resultados tan rápido, esperan "romper las cadenas de transmisión rápidamente", según ha señalado el ministro de salud británico, Matt Hancock. Además, las nuevas pruebas diagnósticas también son capaces de diagnosticar la gripe.
"El hecho de que estas pruebas puedan detectar la gripe y la COVID-19 será enormemente beneficioso a medida que nos acercamos al invierno, para que los pacientes puedan seguir los consejos correctos para protegerse y proteger a los demás", ha dicho Hancock.
Asimismo, no requieren que las lleve a cabo un profesional de la salud capacitado, lo que significa que pueden implementarse en entornos no clínicos. Las autoridades sanitarias británicas han informado este domingo de más de 740 contagios por coronavirus en las últimas 24 horas, mientras el país ha rebasado ya los 46.200 fallecidos.
Estas cifras elevan el total de afectados a 304.695 y 46.201 decesos, de acuerdo con el balance actualizado por el Gobierno británico.