Rusia ha decidido no renovar el visado de periodista al corresponsal español Xavier Colás después de haber pasado más de una década en el país. Así lo ha hecho saber él mismo en su cuenta de X en la que ha detallado que esta decisión se ha tomado "a última hora". Las autoridades le han dado 24 horas para abandonar el territorio.

Colás ha informado de que se enteró este martes a las cinco de la tarde, cuando fue a recoger el visado después de haber recibido del Ministerio la invitación para quedarse otros tres meses. Según ha relatado, le notificaron que estaba en una lista de expulsados y, pese a que pidió que le informaran de qué órgano estaba detrás, le dijeron que no tenían obligación de darle ninguna explicación.

"Después de 12 años informando desde Moscú las autoridades rusas han rechazado a última hora renovar mi visado de periodista y solo he contado con 24 horas para salir del país, dejando atrás demasiado", ha arrancado en la publicación el periodista, para culminar con un "no me arrepiento de nada".

El periodista y autor de 'Putinistán, un país alucinante en manos de un presidente alucinado' ha asegurado en esta misma publicación que lo único que ha hecho en este tiempo en Rusia ha sido "simplemente" su "trabajo": "He contado lo que pasa, he hablado con la gente que sufre por culpa de ello y he explicado quiénes son los responsables de lo que sucede".

No ha dudado tampoco en criticar la poca transparencia y libertad de expresión que se respira en territorio ruso, de hecho, insiste en que "un corresponsal tiene que ser alguien que escribe sin miedo sobre el gobierno como si el gobierno no le vigilase y que al mismo tiempo escribe con cuidado sobre gente corriente como si de verdad pudiesen leerle al día siguiente. Nunca al revés".

La salida de Colás llega después de que este pasado fin de pasado, Vladimir Putin haya sido reelegido como presidente por quinta vez, en una jornada donde unos pocos se atrevieron a protestar por lo que consideran era una farsa electoral. De hecho, el periodista ha hablado con la agencia EFE y les ha trasmitido que era "no hacía falta ser adivino" tras los resultados electorales.

El periodista, que ahora está en Estambul donde pasará una semana "intentando desconectar", también ha explicado que esta expulsión es "una muestra de lo que está por venir y no se va a quedar solo en los corresponsales, que al final no se suelen llevar la peor parte".