Un equipo militar neozelandés ha recuperado seis de los ocho cuerpos que yacían en la isla deshabitada Whakaari, en el noreste del país, donde una erupción volcánica se ha cobrado la vida de 16 personas.

El operativo, en el que participaron ocho miembros de las fuerzas especiales neozelandesas, se ha realizado tal y como fue planificado "pero aún no ha terminado", ha advertido el comisionado de la Policía de Nueva Zelanda, Mike Bush, al referirse a las dos personas que aún no han sido localizadas.

Bush ha precisado durante una rueda de prensa en Whakatane, una localidad de la Isla Norte a unos 40 kilómetros de la isla volcánica, que se realizarán vuelos aéreos sobre Whakaari y que equipos de submarinistas trabajan para intentar dar con los desaparecidos.

"Creemos que al menos uno de ellos está en el agua y el otro, no estamos seguros, quizá en la isla o también en el agua", ha precisado el jefe policial, al recordar que las condiciones siguen siendo peligrosas dado que existe un 50% de probabilidades de una nueva erupción del Whakaari, también conocido como White Island.

Bush también ha aclarado que los seis cuerpos evacuados de la isla, se cree que son todos australianos, serán trasladados a la ciudad de Auckland para su identificación formal, después de realizar una ceremonia simbólica de reunión con los familiares que se congregaron en Whakatane.

El operativo, en el que participaron helicópteros y el buque 'Wellington', se ha llevado a cabo en condiciones de riesgo por lo que los ocho integrantes del equipo militar enviado a la isla vestían trajes especiales y máscaras de oxígeno para evitar que inhalaran los gases tóxicos que emanan del volcán.

"Puedo decir que mientras estábamos en la isla, con el resto de aire que le quedaba al equipo, se hizo la búsqueda" de los dos desaparecidos, aunque no pudieron encontrarlos, ha comentado el coronel Rian McKinstry.

Los familiares y allegados de las víctimas se han desplazado en un barco hasta cerca de la isla Whakaari para realizar una ceremonia en la que se bendijo el operativo, en medio de lágrimas y abrazos.

Un total de 17 víctimas permanecen ingresadas en las unidades de quemados de los hospitales neozelandeses, 13 de ellas en estado crítico, después de que las autoridades australianas repatriaran a 11 de sus ciudadanos heridos.

Muchas de estas personas heridas sufren quemaduras en más del 80 % de su cuerpo y abrasiones internas debido a la inhalación de gases, lo que ha obligado a Nueva Zelanda a importar injertos de piel para tratarlos.

El Whakaari entró en erupción cuando 47 personas, entre australianos, británicos, neozelandeses, estadounidenses, alemanes, malasios y chinos, visitaban esta isla de propiedad privada, ubicada a más de 40 kilómetros al este de la Isla Norte.