Rajoy recordó, en ausencia del monarca español por estar convaleciente de una operación de cadera que le realizaron el pasado 24 de septiembre, que éste ha sido el único jefe de Estado presente en todas las cumbres iberoamericanas anteriores. "Representa por tanto el pensamiento y el esfuerzo de todos nuestros predecesores. Estoy seguro de que volverá a estar con nosotros en la Cumbre de Veracruz", añadió.

En este sentido, agradeció al presidente panameño, Ricardo Martinelli, que haya decidido mantener la tradición de estas ceremonias y que le haya dado la palabra al Rey, que estuvo presente a través de un mensaje grabado.

"Las Cumbres son una ocasión para la reflexión sobre lo que somos y sobre lo que podemos hacer juntos en la escena internacional y en beneficio de nuestros ciudadanos", señaló, antes de apostillar: "En la Conferencia Iberoamericana cabemos todos".

Rajoy hizo referencia a la "historia corta pero intensa" de esta cita y aseguró que "no se trata sólo de meras cumbres" sino de numerosas reuniones ministeriales preparatorias y de otras de carácter privado que aportan un contenido y una proyección a esta comunidad que "va mucho más allá de un mero encuentro anual".

"No se trata sólo de meras cumbres, sino de nuestros ciudadanos, que son nuestro principal referente; unos ciudadanos que tienen cada vez más movilidad dentro de la comunidad iberoamericana y demandan que les brindemos mayores oportunidades de prosperidad para todos", manifestó en su intervención el presidente del Gobierno español.

Para Rajoy, es un acierto que la XXIII Cumbre Iberoamericana sea considerada la de la reforma ya que, a su juicio, tras 22 años de encuentros hacía falta "el nuevo impulso de una renovación" para adaptarse a la nueva escena internacional.

"Somos conscientes de las dificultades de este empeño, que debe tener en cuenta las diferentes y legítimas sensibilidades", dijo. Así, agradeció "la perseverancia y la habilidad" con las que la Cancillería panameña ha dirigido los debates, así como el papel del secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, que tras ocho años dejará el cargo en los próximos meses.

Definió a Iglesias como un "infatigable zurcidor de voluntades" y reconoció "su empeño, su ilusión y su visión para el éxito de esta cumbre de la reforma". Rajoy también tuvo unas palabras para Panamá, "un país pequeño con una tarea grande, la ampliación del Canal, que está acometiendo con decisión y con éxito, y que beneficiará extraordinariamente al comercio mundial" y a todos los países. "Pero Panamá es, ante todo, una sociedad abierta, internacionalizada, un ejemplo de adaptación a este tiempo global en el que vivimos", agregó.

Destacó que todos los países tienen con Panamá "una larga historia en común", que tuvo como punto de partida el descubrimiento del Océano Pacífico, cuyo quinto centenario ahora se conmemora.

"Fue un hecho histórico que debemos tanto a Vasco Núñez de Balboa como al indígena Panquiaco, que aunaron esfuerzos para mirar juntos hacia el futuro", matizó.