Tras caer Kabul en manos de los talibanes, este viernes dirigía el rezo en una mezquita de la capital afgana Jalil Haqqani, miembro de la sanguinaria red Haqqani y uno de los terroristas más buscados por Estados Unidos.

Es también uno de los líderes talibanes que se sienta junto al expresidente Hamid Karzai para negociar el nuevo Gobierno de Afganistán.

El de Haqqani es uno de los rostros del nuevo Afganistán. Del lado talibán, destacan también el mulá Baradar, el rostro más visible de los talibanes, y el emir Ajundzada, su máximo líder religioso, político y militar.

Formalmente, los talibanes aún no han asumido aún el poder. Ese traspaso es lo que negocian ahora con Hamid Karzai, que ya lideró la transición en 2001 y presidió el país. Él lidera el consejo de coordinación que forma junto al que fuera ministro de Exteriores, Abdulá Abdulá, y a Gulbudin Hekmatiar, conocido como el 'carnicero de Kabul', uno de los más sanguinarios señores de la guerra de Afganistán, que firmó la paz con el gobierno pro occidental en 2016.

La idea de las conversaciones es formar lo que los talibanes vienen llamando "Gobierno afgano inclusivo islámico", en palabras de su portavoz Suhail Shaheen. Está por ver qué entienden por "inclusivo", pero de momento están intentando pactar con Ahmad Masud, líder de la resistencia a los talibanes en Panjshir.

Aunque Haqqani anunciaba que se había sometido a su autoridad, pero, en realidad, lo que Masud ha dicho a medios locales es que está dispuesto a hablar con los talibanes para formar gobierno, pero rechaza un liderazgo extremista en Afganistán. Dice estar incluso dispuesto a perdonar la sangre de su padre por conseguir la paz.

Su padre, conocido como el 'León del Panjshir', era el general Ahmad Shah Masud. Con todo un pueblo dispuesto y armado para luchar y desde este lugar estratégico, el Panjshir, un valle estrecho y de difícil acceso, su heredero continúa su misión.

Ahmad Masud es su único hijo varón. Tiene 32 años y formación militar en el Reino Unido. Con solo unos 2.000 guerrilleros, según fuentes de la Inteligencia estadounidense, mantiene libre el Panjshir del avance talibán, de momento.

Masud tenía 12 años cuando asesinaron a su padre dos días antes de los atentados del 11-S. En una entrevista trampa, dos terroristas hicieron detonar una bomba que habían colocado en una cámara. Héroe nacional dentro del valle, el 'León del Panjshir' fue al mismo tiempo señor de la guerra fuera de él.