El líder del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, ha sido dado por muerto tras estrellarse el avión privado en el que presuntamente viajaba en la región rusa de Tver, al norte de Moscú. Un presunto accidente aéreo que ha desatado las especulaciones y que se produce justo dos meses después de que el jefe de los mercenarios desafiara al mando ruso y marchara hacia Moscú en un órdago al Kremlin.

Prigozhin, de 62 años, nació en San Petersburgo en 1961 y pasó nueve años en prisiones soviéticas por crímenes como fraude y robo. Fue liberado en 1990, en los últimos estertores de la URSS, e inició una carrera como restaurador. Habría conocido al ahora presidente ruso precisamente en esta época y llegaría a ser conocido como el"cocinero de Putin", puesto que se encargaba del catering en eventos del Kremlin.

En 2014, fundó la compañía paramilitar Wagner. Sancionado por Estados Unidos, que acusa a sus mercenarios de cometer atrocidades, el grupo ha actuado en Siria, Libia o la República Centroafricana. Prigozhin ha admitido además que creó y financió una 'granja de trolls' que interfirió en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016. En noviembre de 2022, Prigozhin reconoció esa injerencia y aseguró que volvería a hacerlo.

Sin embargo, fue con la invasión rusa de Ucrania que empezó a ganar más y más notoriedad. Sus mercenarios, entre ellos miles de presos que reclutó en las prisiones, lideraron el asalto a la ciudad de Bajmut, la batalla más larga y sangrienta de la guerra. A través de sus redes sociales, Prigozhin iba celebrando sus logros bélicos y también a través de su canal comenzó su enfrentamiento directo con la cúpula militar rusa, especialmente el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor, Valeri Gerásimov.

Prueba de ello es el vídeo que publicó en mayo en el que estallaba contra el Kremlin por la falta de munición que, denunciaba, estaba suministrando el mando ruso a sus combatientes en Bajmut, que amenazó con abandonar: rodeado de cadáveres, en él arremetía a gritos contra Shoigu y Gerasimov, a quienes dedicaba toda suerte de improperios.

La tensión saltó definitivamente por los aires el pasado mes de junio, cuando Prigozhin lideró un motín en el que los mercenarios de Wagner tomaron la ciudad sureña de Rostov del Don y emprendieron una marcha hacia Moscú. Un conato de rebelión que el propio Putin tachó de "puñalada en la espalda" y traición a Rusia y que, sin embargo, se saldó sin cargos contra Prigozhin, que se exiliaría en Bielorrusia tras un acuerdo alcanzado con la mediación del presidente de ese país, Aleksandr Lukashenko.

Esta decisión, tras el desafío directo a Putin, generó sorpresa y desató las incógnitas sobre el futuro de Prigozhin, que se reunió con el presidente ruso días después en el Kremlin. Posteriormente, sin embargo, el líder de Wagner fue fotografiado en San Petersburgo y, esta misma semana, reapareció en un vídeo supuestamente grabado en África. Ahora, dos meses después de la rebelión, Prigozhin está muerto.