Los vecinos de Fukuyama, en el oeste de Japón, tienen orden de avisar a las autoridades si ven un gato con "aspecto anormal". ¿El motivo? La entrada de un felino en una planta de chapado de metal, momento que fue recogido por las cámaras de seguridad de la fábrica, recoge The Guardian. Pero no solo eso.

Un trabajador de la fábrica se encontró con un rastro de huellas de patas de color amarillo. La pista salía de un contenedor de cromo hexavalente. Este compuesto "tiene propiedades beneficiosas, como resistencia a la corrosión, durabilidad y dureza.

Se emplean en la "fabricación de pigmentos, acabado de metales y cromados, producción de acero inoxidable, curtido de cueros y conservantes para madera, así como en procesos de teñido en la industria textil, tintas de impresión, lodos de perforación, fuegos artificiales, tratamiento de aguas y síntesis de sustancias químicas", explica el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos. "La exposición ocupacional a estos compuestos está relacionada con un mayor riesgo de cáncer de pulmón y de cáncer de seno paranasal y de cavidad nasal", añade la citada fuente.

Este químico también puede llegar a provocar problemas respiratorios e inflamación en la piel, motivo por el que las autoridades dieron la voz de alarma. El martes, el felino seguía sin aparecer. De hecho, se baraja la posibilidad de que haya muerto al haber entrado en contacto con el químico.

Si bien es cierto que no existen imágenes en las que se pruebe que el animal entro en el tanque donde estaba almacenado el líquido tóxico, pero la compañía dijo que parte de una sábana que cubría el tanque parecía haber sido volteada. Lo único que se ve en el vídeo es la salida del animal de la fábrica.