El precio del petróleo no ha parado de aumentar desde que comenzó la guerra en Ucrania. La gasolina y el diésel han sido dos de los productos que más han disparado la inflación, provocando que el coste de los desplazamientos sea notablemente más caro desde comienzos de 2022.

Ahora, con la apertura de un nuevo conflicto internacional entre Israel y Hamás, las posibles alianzas y tensiones de ambos bandos podrían volver a tener efectos en el precio de los combustibles.

Si el conflicto no se extiende, el precio no se disparará

Por el momento, el conflicto entre Israel y el grupo palestino Hamás ha impulsado el precio del petróleo, ha lastrado las bolsas y ha primado los activos considerados seguros -como el dólar, el oro o la deuda de los países más solventes-, aunque, según coinciden los analistas, sus efectos están siendo moderados.

El pasado lunes el Brent, el crudo de referencia en Europa, subía un 3,6% y se acercaba a los 88 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI), referente en EEUU, lo hacía un 3,8 % y rozaba los 86 dólares.

El gas natural repuntaba un 18% en el mercado TTF de los Países Bajos, de referencia en Europa, y se negociaba por encima de los 43 euros por megavatio hora. No obstante, según los analistas, en la evolución del mercado gasista influye también la posible fuga detectada en un gasoducto submarino que une Finlandia y Estonia.

La posible entrada de Irán en el conflicto, el mayor riesgo

Según Benjamin Melman, de la gestora Edmond de Rothschild AM, la reacción de los mercados al estallido de violencia en Oriente Próximo está siendo "bastante contenida" porque los países implicados en este momento tienen un "impacto limitado en la escena económica". En su opinión, "la principal amenaza es una guerra entre Irán e Israel", que tendría "repercusiones de gran alcance".

Melman recuerda que Irán es uno de los principales productores de petróleo y gas del mundo y, además, "tiene capacidad de bloquear el estrecho de Ormuz, como ya ha hecho en el pasado, y puede destruir fácilmente los yacimientos petrolíferos vecinos".

Los analistas de Banca March coinciden en que "el principal riesgo es que el conflicto pueda extenderse por la región, especialmente a Irán, sobre el que sobrevuelan sospechas de haber colaborado en la planificación del ataque". "Irán extrae alrededor de 3,5 millones de barriles al día, algo más del 3% de la producción global", apuntan los mismos expertos. No obstante, el informe coincide en que "el conflicto no parece afectar especialmente a las bolsas y tampoco a los bonos".

La guerra, que estalló el pasado sábado, ha anulado los planes de los diplomáticos en Oriente Medio, justo en un momento en el que Israel y Arabia Saudita planeaban normalizar sus lazos, y meses después de que Riad reanudara los lazos con su rival regional Irán, uno de los apoyos de Hamás. Teherán ha celebrado los ataques de Hamás pero ha negado estar detrás de ellos. Por su parte, Estados Unidos ha advertido a Irán.

Rusia y Arabia Saudí tratan la cooperación dentro del OPEP+

Este mismo miércoles, Rusia y Arabia Saudí, los dos principales exportadores de petróleo del mundo, mantuvieron una reunión para tratar el tema del crudo y los precios en medio de la escalada del conflicto entre Israel y Hamas.

El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, se entrevistó con el ministro de Energía de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salman, antes de la conferencia "Semana de la energía rusa" en Moscú, a la que se dirigirá Putin, para hablar sobre el mercado petrolero y la cooperación dentro del grupo de productores de petróleo OPEP+.

"Por supuesto, (la cooperación dentro de la OPEP+) fue (considerada) en nuestra reunión interna, uno de los temas más importantes que discutimos hoy", dijo Novak, según la agencia de noticias Interfax. "Estamos en contacto constante y aprovechamos esta oportunidad en nuestra reunión para discutir la situación del mercado", dijo Novak. No obstante, ninguna de las potencias hizo públicas sus conversaciones, por lo que se desconoce a qué conclusiones concretas llegaron.

Arabia Saudita y Rusia han coordinado recortes de suministro en los últimos años para sostener los precios del petróleo.