El ministro principal de Escocia, Alex Salmond, ha apelado a "todos los escoceses a que acepten la decisión de la gente de Escocia", que ha rechazado la independencia que el Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) había defendido en el referéndum celebrado y ha aprovechado para recordar al arco político británico las "promesas" de autogobierno y financiación anunciadas durante la campaña.

Sin embargo, al mismo tiempo ha subrayado que Escocia irá adelante "como nación". En este sentido, considera el el 18 de septiembre como "un hito de la democracia y de la participación política, un empoderamiento tan valioso que debe ser disfrutado y protegido". "Hay algo más de este referéndum: logró tocar a sectores que nunca habían sido tocados por el sistema político y ellos nos llegaron a los políticos", añadió, con la esperanza de que, tras este precedente, "no se vuelva al negocio habitual en política de nuevo".

Esta nueva era abierta por el referéndum escocés ha generado una corriente descentralizadora en el primer ministro, quien ha avanzado que prevé traspasar más competencias a las ciudades y que dará a conocer los planes en los próximos días. "Tenemos una gran oportunidad para cambiar a mejor cómo se gobierna a los británicos y los políticos debemos unirnos y ser constructivos para todos y cada uno de los ciudadanos de Reino Unido", ha sostenido Cameron.

En este sentido, ha considerado que "un nuevo acuerdo más justo para Escocia debe aplicarse a los demás", de modo que el traspaso de parte de la política tributaria, de gasto y de Bienestar a Edimburgo debe verse acompañado de "más poder para Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte", tres áreas que merecen "mayor decisión y ver sus derechos protegidos y mejorados". Asimismo, Cameron ha declarado que "el debate está resuelto para una generación", auque sólo el tiempo decidirá si realemente es así.