Desde su llegada a nuestros bolsillos, el 1 de enero de 2002, las monedas de euro ya forman parte de nuestra vida cotidiana. Éstas ocho monedas, que nos permiten realizar nuestras transacciones diarias, llamaron la atención el día de su puesta en circulación por su diseño.

Pero, sobre todo, captaron nuestra atención por su tamaño que, a priori, no tenía mucho sentido. ¿Por qué monedas con mayor valor son más grandes que algunas con menor valor?

La explicación es más sencilla y menos emocionante de lo que parece. La industria del vending requería un diámetro mínimo de 15 milímetros, ya que algunas máquinas expendedoras tenían problemas reconocer monedas más pequeñas, tal y como ha explicado la responsable de cuestiones legales sobre el euro del BCE, Irina Stoicescu.

Asimismo, "la EBU (European Blind Union - Unión Europea de Ciegos) deseaba una diferencia de 3 milímetros de diámetro entre cada denominación (2 mm si los bordes eran diferentes)". Con el fin de reconciliar estas demandas, manteniendo los diámetros dentro del rango de las monedas nacionales pre-euro, se decidió dividir las 8 monedas en tres series.

Las series son claramente distinguibles entre sí: monedas rojas para 1, 2 y 5 céntimos, monedas amarillas para el 10, 20 y 50 céntimos y monedas bicolores para las de 1 y 2 euros. Mientras que el mínimo de diferencia de diámetro se respeta dentro de cada serie.