Putin cumple su amenaza y cierra el grifo del gas a Polonia y a Bulgaria pero, ¿por qué Rusia ha tomado esta decisión ahora? Emilio Ordiz, analista de 'El Orden Mundial' lo explica: "Putin busca apretar las tuercas a la UE, y ha empezado por dos estados que no han cumplido su requisito, que es pagar en rublos".
Y es que Polonia y Bulgaria se han negado a pagar en la moneda rusa, algo fundamental para el Kremlin. En este sentido, Emilio González, profesor de Economía de Comillas-ICADE, indica que "lo que pretende Rusia es evadir las sanciones que les han impuesto utilizando este tipo de triquiñuelas".
Con el corte ya activado, ¿Qué consecuencias tiene para Europa? "La primera es una subida del precio del gas en los mercados europeos, ante un temor un desabastecimiento", señala Emilio González.
Para Polonia la situación no es tan crítica, ya que tiene sus reservas de gas a un 76%, y ya ha activado el plan para poco a poco deshacerse del gas ruso. Sin embargo, la situación se complica en Bulgaria a largo plazo, hasta que consigan otras fuentes de abastecimiento. Emilio Ordiz apunta al respecto que "aquí entra en juego la solidaridad, el hecho de que los socios ayuden y mantengan el suministro".
¿Hay consecuencias para Rusia?
Mientras, la estrategia de Putin sigue siendo presionar a Europa para evitar que siga llegando ayuda a Ucrania. Pero, ¿estas tienen consecuencias también en Rusia? "La energía que Rusia no exporta, no la cobra, por lo que pierde en esa guerra energética, y más teniendo en cuenta que Putin tiene que financiar una guerra", explica el analista de 'El Orden Mundial'.
De ahí su exigencia del pago en rublos, algo que para Europa sería ilegal: "Rusia no puede exigir que se le pague en rublos en contratos que están firmados estableciendo el pago en euros o en dólares", destaca Emilio González, a lo que Ordiz añade que "la Comisión ya ha avisado de que pagar en rublos vulnera las sanciones impuestas a Rusia".
Bruselas trabaja en más sanciones, que ya nota Rusia: su economía se desplomará entre un 8 y un 10%, unos niveles que no se veían desde 1994.
Europa reduce su dependencia a Rusia
Por su parte, la Unión Europea continúa buscando la forma de reducir su dependencia del gas ruso. Todas las esperanzas están puestas en una tubería situada en la frontera entre Grecia y Bulgaria, que estará lista para transportar gas a estos países y a sus vecinos en junio. Precisamente, la tubería llega después del anuncio de Moscú de que no venderá más gas a Polonia y a Bulgaria.