La toma de posesión del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris se ha desarrollado de forma atípica por los temores sobre seguridad tras el asalto al Capitolio y las circunstancias de la pandemia de coronavirus.

Así, la ceremonia ha tenido lugar con un público muy reducido y el desfile posterior ha recorrido unas calles casi completamente vacías en Washington D.C. Otra de las tradiciones que tampoco ha podido ser este año es la del baile inaugural.

Estos bailes para celebrar el comienzo de un nuevo mandato presidencial normalmente tienen lugar el mismo día o alrededor de la investidura y reciben una gran atención mediática; incluso los vestidos de noche que lucen para la ocasión las primeras damas en ocasiones se exponen después en el Museo Smithsonian, como el que utilizó Melania Trump.

También es muy esperado el momento en que el nuevo presidente y la primera dama bailan juntos. Barack y Michelle Obama, por ejemplo, lo hicieron mientras Beyonce cantaba en el Washington Convention Center en uno de sus bailes inaugurales.

De acuerdo con la Sociedad Histórica de la Casa Blanca, esta tradición se habría iniciado en 1809, cuando se organizó el primer baile inaugural para el presidente James Madison y su esposa, Dolley Madison, con 400 invitados en un hotel en la colina del Capitolio.

Estos bailes inicialmente se celebraban en hoteles de la capital estadounidense, pero, al aumentar la demanda de entradas para asistir, se hizo necesario albergarlos en espacios de mayor tamaño, incluyendo edificios oficiales.

Sin embargo, en plena pandemia de coronavirus, que deja en el país norteamericano más de 24 millones de casos y 405.622 muertes, en esta ocasión no habrá baile inaugural oficial.

Tony Allen, jefe del Comité Inaugural de Biden y Harris, indicó recientemente, en declaraciones recogidas por el 'Washington Post', que, pese a su intención de rendir homenaje a las tradiciones de la investidura, debían "ser sensibles a las realidades del momento y tener primero y ante todo protocolos de seguridad".

Así, de igual modo en que tampoco se ha celebrado el típico almuerzo en el Congreso tras la investidura, tampoco ha habido baile. De acuerdo con el 'Washington Post', en el pasado ya se han suspendido los bailes inaugurales por otros motivos, por ejemplo tras la muerte del hijo del presidente Franklin Pierce o por su coste, con Woodrow Wilson.

En lugar de los bailes y conciertos, este año se celebra en su lugar un programa especial de investidura presentado por Tom Hanks en las principales cadenas de televisión, con la presencia de artistas como Bruce Springsteen, Foo Fighters, Demi Lovato, Jon Bon Jovi, Jennifer López, Eva Longoria, o el exjugador de baloncesto Kareem Abdul-Jabbar.