Existen multitud de símbolos que se han paseado por el Congreso de los Diputados. En 2020, Pablo Iglesias y Alberto Garzón acudieron a la toma de posesión de sus cargos luciendo un triángulo rojo en la solapa; un par de años antes, los diputados de Podemos decidieron colocarse un símbolo de república en el mismo lugar, en el acto por los 40 años de la Constitución española; y no hay que olvidar los lazos amarillos ligados al proceso independentista.

Esta simbología se suele utilizar en momentos donde muchos focos apuntan, en eventos de máxima expectación, como lo es la investidura de Pedro Sánchez, que ha arrancado este miércoles en el Congreso de los Diputados. Y aprovechando la ocasión, varios diputados de Sumar han llegado con un pin de una sandía colocada en la solapa.

La sandía ha sido un símbolo que ha servido como muestra de apoyo a Palestina y que no es para nada nuevo. Su origen se remonta a uno de los momentos más importantes de la cronología del conflicto entre Israel y Palestina, concretamente durante la Guerra de los Seis Días. Este conflicto armado, que estalló en 1967, acabó con Israel tomando el control de Gaza y Cisjordania, anexionándose, además, Jerusalén este, y prohibiendo la exhibición de la bandera palestina.

Fueron todos estos movimientos los que acabaron avivando aún más el sentimiento nacionalista de los palestinos quienes, para eludir esta nueva norma, comenzaron a utilizar la simbología de la sandía, al tener su representación exactamente los mismos colores de la bandera nacional palestina: rojo, negro, blanco y verde.

Aunque a día de hoy portar la bandera palestina no es ningún delito —desde los años noventa—, el símbolo de la sandía se ha quedado para manifestar el apoyo al pueblo palestino.