Rusia está enviando artillería adicional a su zona fronteriza del sur, en la región de Briansk, limítrofe con el norte de Ucrania, para ampliar los bombardeos en los asentamientos de la región de Chernígov, cercanos a Kiev.
Según el último informe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania, las tropas rusas no han cesado en las últimas horas en sus ataques contra varias regiones del país. Estas operaciones ofensivas son especialmente virulentas en la Zona Operacional del Este de Ucrania, donde los rusos siguen tratando de controlar de forma total las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk, en el este del país, y Jersón, en el sur y parcialmente ocupada. Con ello tratan de mantener un corredor terrestre entre estas regiones y la península de Crimea, que Moscú se anexionó en 2014.
Al mismo tiempo, "el enemigo mantiene la tensión en la región de Transnistria de la República de Moldavia y en la República de Bielorrusia", aseguró el Estado Mayor ucraniano. En lo que respecta a Járkov, fuertemente bombardeada durante los últimos días, los rusos no han realizado operaciones ofensivas en las últimos horas.
Sus principales esfuerzos, según el parte ucraniano, se concentraron en impedir el avance de las tropas ucranianas hacia el asentamiento de Vesele, en esa región vecina de la prorrusa Donestk.
Los rusos continuaron también lanzando ataques aéreos y de artillería contra la ciudad portuaria de Mariúpol, en el mar de Azov. Esta ofensiva se concentró en tratar de bloquear a las tropas ucranianas cercadas en la planta siderúrgica de Azovstal, lo que les permitiría establecer el control total sobre la ciudad y suprimir la resistencia de los defensores ucranianos. En la acería de Azovstal aún resiste un grupo de milititares del denominado regimiento de Azov, un ala ultranacionalista incorporada al ejército ucraniano tras la invasión de Rusia, que se inició el pasado 24 de febrero