Vladímir Putin ha admitido al secretario general de la ONU, António Guterres, que la situación en la ciudad ucraniana de Mariúpol, brutalmente asediada durante semanas por el Ejército ruso, es "trágica". En una visita a Moscú, Guterres ha propuesto la creación de un grupo de contacto trilateral con Rusia y Ucrania para abrir corredores humanitarios realmente efectivos en la zona de conflicto que, como ha señalado, no están funcionando.
Un extremo que ha negado tajante el presidente ruso: "Le han informado mal. Funcionan. De Mariúpol han salido con nuestra ayuda más de 100.000. Unos 130.000 o 140.000 han salido. Y pueden ir a donde quieran", ha afirmado en su reunión.
Putin también ha desmentido que siga habiendo acciones militares rusas en Mariúpol y ha destacado que la acería de Azovstal, el último bastión de resistencia donde se encuentran refugiados unos mil civiles y un número indeterminado de combatientes, está "completamente aislada". "He dado la orden de no llevar a cabo ninguna acción de asalto", ha declarado.
En este contexto, Guterres se ha mostrado dispuesto a movilizar los recursos logísticos y humanos de Naciones Unidas para aliviar el sufrimiento de los civiles en Mariúpol y a hacer todo lo posible para "poner fin a la guerra en Ucrania lo antes posible". Además, ha hecho un llamamiento a Rusia a solucionar sus problemas con Ucrania exclusivamente en el marco de la ONU y ha calificado de "invasión" la actual campaña militar rusa en Ucrania.