Política familiar en Rusia

Putin llama a los jóvenes rusos a "no aplazar la felicidad" y tener más hijos

La otra cara Mientras Rusia vive su peor crisis demográfica en 25 años, Putin pide a los jóvenes que "no retrasen la felicidad" y tengan hijos, prometiendo que el Estado "pondrá el hombro".

El presidente ruso, Vladímir Putin, asiste a una reunión del Consejo PresidencialEl presidente ruso, Vladímir Putin, asiste a una reunión del Consejo PresidencialEFE/EPA/MIKHAIL
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El presidente ruso, Vladímir Putin, ha instado este jueves a los jóvenes del país a "no aplazar la felicidad" y tener más hijos, en un nuevo intento por frenar la grave crisis demográfica que atraviesa Rusia desde hace años.

"La paternidad y la maternidad son una felicidad, y no es preciso aplazar la felicidad", ha afirmado el mandatario durante una reunión del Consejo para el Desarrollo de la Política Estatal Demográfica y Familiar celebrada en el Kremlin. Putin ha insistido en que el Estado apoyará a las familias "en el momento justo" y hará "todo lo necesario para que el nacimiento de hijos no afecte la calidad de vida de la familia, sino que eleve su estatus".

El líder ruso ha reconocido que la urbanización y los cambios sociales están retrasando la decisión de muchos jóvenes de tener hijos, pero ha apelado a mantener los "valores ligados a la felicidad de la infancia, la maternidad y la paternidad". "Son cosas que no se compran con dinero", ha subrayado.

Putin ha vuelto a reivindicar los llamados "valores tradicionales", una referencia habitual en su discurso político, con la que el Kremlin contrapone su modelo social al del movimiento LGBTQ+ o a la ideología childfree, que defiende el derecho de las mujeres a no tener hijos. "Estos valores son la base de nuestra política demográfica", ha asegurado.

Entre las medidas que ha mencionado para incentivar la natalidad figuran la ampliación de guarderías, ayudas a familias con bajos ingresos e hipotecas preferenciales. Rusia destinará 37.500 millones de rublos —más de 402 millones de dólares— en los próximos tres años a programas para fomentar la natalidad.

El país atraviesa la crisis demográfica más grave del último cuarto de siglo, marcada por la caída del número de nacimientos y agravada por la incertidumbre derivada de la guerra en Ucrania. A ello se suma el llamado "agujero demográfico": las mujeres nacidas en la década de 1990, cuando la natalidad se desplomó tras la caída de la URSS, están ahora en edad fértil, lo que reduce aún más el número potencial de nacimientos.

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