El ministro de Asuntos exteriores ha descartado que el conflicto entre Rusia y Ucrania pueda tener consecuencias en los suministros para nuestro país porque "la mayor parte del gas" que recibimos "viene de Argelia".
En un desayuno organizado por Europa Press se ha mostrado "firme" y "claro" al respecto y ha asegurado que "los españoles pueden estar muy tranquilos". "La mayor parte del suministro de gas viene de Argelia y ya recibí totales garantías de que este gas, que es el que alimenta al mercado español, va a estar garantizado".
Así lo ha puesto de manifiesto al ser preguntado por las consecuencias que puede tener para nuestro el país el hecho de que Rusia "represalie el apoyo español a la OTAN en Ucrania". Y es que la ministra de Defensa anunció este jueves que España movilizará una fragata al Mar Negro y está valorando enviar cazas a Bulgaria.
Tras señalar que el suministro está asegurado, José Manuel Albares ha señalado que "hay otras cosas en juego que son fundamentales para la paz y la estabilidad de Europa". "Nadie puede dictar a un organismo internacional quiénes deben ser sus miembros ni puede imponer su esquema de seguridad. Nos jugamos el avanzar hacia el futuro o volver a un tiempo que nadie quiere", ha sentenciado al respecto.
Precisamente,hoy hay una cita clave en Europa. El secretario de Estado de los EEUU Antony Blinken se reúne este viernes en Ginebra (Suiza) con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov. El objetivo del encuentro, rebajar la alta tensión que se vive en torno a Ucrania por el fuerte temor de Occidente de que Rusia invada ese país de un momento otro. Se trata de un encuentro que el Ejecutivo del presidente Joe Biden describe como "una oportunidad" para compartir sus grandes preocupaciones con Rusia sobre la situación en Ucrania y de encontrar puntos comunes para continuar la vía diplomática.
El Kremlin ha negado una y otra vez que tenga planeada esa invasión, pero la importante presencia de tropas rusas en la frontera ucraniana, con unos 100.000 efectivos, y las nuevas maniobras militares anunciadas por Moscú para las próximas semanas han acrecentado el nerviosismo de Estados Unidos y la OTAN.