Con el objetivo de proteger la fauna nativa, un pueblo del sur de Nueva Zelanda quiere erradicar los gatos domésticos al considerarlos los mayores causantes de la muerte de millones de aves y mamíferos.

Los dueños de los gatos estarán obligados a registrar a sus animales ante las autoridades, implantarles microchips y castrarles.

Además, después de que un gato muera, sus dueños no podrán tener otro. "Tu gato puede vivir su vida haciendo felizmente lo que hace, pero cuando muera no podrás reemplazarlo", ha dicho Ali Meade, gerente de operaciones de bioseguridad para Newshub'.

Algunos expertos hacen un llamamiento para que los propietarios de los gatos sean responsables, comparan a los gatos con los perros y piden que estos felinos no se dejen en libertad.

Por el momento, los dueños de gatos se han puesto en pie de guerra y explican que si no fuera por los gatos tendrían ratones en casa. Además, denuncian que no regulan la tenencia de estos animales, sin oque directamente se pasa a su prohibición.