El jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, ha pronunciado sus primeras palabras después del fin de la rebelión contra contra la cúpula militar rusa el pasado sábado. A través de un mensaje en su cuenta de Telegram, Prigozhin ha defendido que su objetivo no era "derrocar el poder" en Rusia.
"El objetivo de la marcha era evitar la desaparición de Wagner", confiesa. Estas palabras llegan 48 horas después de que el Kremlin anunciase que Prigozhin se marchaba a Bielorrusia, así como que no se presentarían cargos penales contra ningún miembro de Wagner.
"El caso penal contra Prigozhin se va a retirar y se marchará a Bielorrusia", aseguró el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitr Peskov. "Ha llegado el momento en el que se puede derramar sangre. Por eso, comprendiendo toda la responsabilidad de que se derrame sangre rusa por una de las partes, nuestras columnas dan media vuelta y regresamos a nuestras bases de acuerdo al plan", compartió Prigozhin en un mensaje de audio en su canal de Telegram, sus últimas palabras hasta ahora.
Ahora, Prigozhin repite su afirmación de que Wagner era la fuerza de combate más efectiva en Rusia "e incluso en el mundo", avergonzando incluso a las unidades que Moscú había enviado a Ucrania para tomar Rostov en febrero de 2022.
"Dimos una clase magistral, como debió ser el 24 de febrero de 2022. No teníamos el objetivo de derrocar al régimen existente y al gobierno legalmente electo", defiende.
Prigozhin acusa al ejército ruso de haber atacado un campamento de Wagner con misiles y helicópteros, matando a unos 1.000 de sus hombres, lo que sitúa como el detonante inmediato de lo que llamó una "marcha de la justicia".