Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) tenían en marcha una operación mayor para invadir Líbano, según fuentes cercanas al gobierno estadounidense. No obstante, este fin de semana, la Casa Blanca intervino para disuadir a las autoridades israelíes de llevar a cabo una invasión a gran escala. La administración Biden presionó al gobierno de Benjamin Netanyahu, logrando que Israel aceptara limitarse a ataques "puntuales", geográficamente acotados y de corta duración.
"Estoy mejor informado de lo que creen. Y estoy cómodo con que (los israelíes) paren. Debería haber un alto el fuego ya", señaló un críptico Joe Biden.
El propio Ministerio de Defensa israelí ha confirmado que mantiene a Estados Unidos informado de las operaciones militares en curso, aunque algunos analistas señalan que la diplomacia estadounidense está lejos de presentarse como un freno efectivo al conflicto.
Ruth Ferrero, profesora de Ciencia Política e investigadora del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, aseguró esta mañana en el programa Al Rojo Vivo que "Estados Unidos continúa protegiendo a Israel, no solo protegiendo, sino también aportando más fondos. Esta semana han destinado 8.700 millones de dólares para fomentar esa supuesta autodefensa israelí".
Por su parte, Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales en las universidades Comillas ICAI-ICADE y Complutense, indicó: "Todo lo que ha ocurrido desde el 7 de octubre demuestra la gran autonomía de Israel con respecto a EEUU. Netanyahu le podrá decir a Biden que va a hacer las cosas bien, pero la realidad es que Israel sigue sus propios intereses".
En la misma línea, el analista internacional Ignacio Cembrero señaló que las intenciones israelíes "van mucho más allá de lo que se ha declarado públicamente. Tienen una oportunidad y nadie los va a detener".
A pesar de los esfuerzos de la Casa Blanca por contener la escalada, se teme que la situación se extienda. Sin embargo, de Irán, no esperan una respuesta inminente.