Duras cargas policiales contra los manifestantes en los alrededores de la Casa Blanca. Justo antes de que entrara en vigor el toque de queda en el Distrito de Columbia, que alberga a Washington, la Policía despejó Lafayette Square empleando gases lacrimógenos.

Los agentes permitieron así que Donald Trump, rodeado de algunos de sus asesores, atravesara a pie el parque situado frente a la Casa Blanca para dirigirse a la iglesia episcopal de Saint John. Allí posó ante los medios con una biblia en la mano.

El presidente de los EEUU, Donald Trump, posa con una biblia

La alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser, criticó el ataque de la policía a los manifestantes. "Impuse un toque de queda. 25 minutos antes del toque y sin provocación, la policía federal usó municiones contra manifestantes pacíficos frente a la Casa Blanca, un acto que hará que el trabajo de los agentes del Departamento de Policía del Distrito de Columbia sea más complicado. ¡Vergonzoso!", afirmó la alcaldesa en Twitter.

 

También la propia encargada de la iglesia, Mariann Budde, expresó 'The Washington Post' su "indignación". "Estoy perpleja. Necesitamos liderazgo moral y el presidente ha hecho todo para dividirnos y acaba de usar uno de los símbolos más sagrados de la tradición judeocristana", explicó.

Unas críticas a las que se sumó el virtual candidato demócrata a la Presidencia, el exvicepresidente Joe Biden, que considera que Trump "está usando el Ejército estadounidense contra el pueblo estadounidense".

 

Trump anuncia el despliegue de "miles de soldados armados"

Antes de acudir a la iglesia, en la Rosaleda de la Casa Blanca, Trump anunció el despliegue de "miles y miles de soldados fuertemente armados" para detener los disturbios en Washington DC.

"Estoy movilizando todos los recursos federales, civiles y militares disponibles para detener los disturbios y los saqueos, para poner fin a la destrucción y los incendios provocados y para proteger los derechos de los estadounidenses que respetan la ley", señaló en rueda de prensa.

Además, se declaró dispuesto a desplegar al Ejército en las ciudades y estados que se nieguen a "tomar las medidas necesarias" para defender "la vida y la propiedad de sus residentes". "Hoy he recomendado enérgicamente a cada gobernador que despliegue a la Guardia Nacional en cantidades suficientes para que dominemos las calles", añadió en su intervención.