Una familia negra viaja en coche hacia un partido de baloncesto cuando la policía de Texas les da el alto. Dentro iba una pareja, su hijo pequeño y el sobrino. Ocurre de malas maneras, ya que lo hacen gritando y con una pistola. Les detienen porque los agentes se confunden al identificar el vehículo.

Es entonces el momento en el que se produce una escena terrorífica. Los agentes obligan al pequeño a bajar del coche con las manos en alto y apuntándole con el arma. Piden al resto que salgan también y, además, les amenazan diciendo que si se meten en el coche ''puede recibir un disparo''.

La familia entra en estado de pánico y piden a los policías que dejen de apuntar a su niño. No entienden el motivo de la detención tan brutal. Explican que simplemente se dirigen a un evento deportivo y que el padre es entrenador de baloncesto.

Finalmente, cambian las tornas, los agentes se dan cuenta de que se han confundido. La matrícula que habían puesto era la de un vehículo de Arkansas, no de Arizona. Ha sido un error que ahora el Departamento de la Policía de Texas ya está investigando.