Michael Brown, de 18 años, murió el 9 de agosto tras ser tiroteado por el agente Darren Wilson, tras una discusión cuyo contenido todavía no ha trascendido.

Sin embargo, la negativa de la Policía a divulgar inicialmente el nombre del agente ha provocado unas fuertes protestas de la población y una durísima respuesta policial cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo.

Los agentes han disparado gases lacrimógenos contra un grupo de cientos de personas que se dirigían hacia una comisaría, mientras que un manifestante ha resultado herido a causa del disparo de pelotas de goma.

La Policía del condado de San Louis ha afirmado que varios manifestantes lanzaron cócteles molotov antes de que los agentes respondieran usando gases lacrimógenos, a pesar de la presencia de niños y medios de comunicación en la zona.

Los incidentes han tenido lugar dos horas antes del inicio del nuevo toque de queda nocturno en la ciudad.

El Departamento de Justicia ha ordenado la realización de una nueva autopsia por parte de forenses independientes para averiguar las causas de la muerte de Brown.

El portavoz del Departamento de Justicia, Brian Fallon, ha señalado: "Además del examen médico estatal, el fiscal general Eric Holder ha ordenado una autopsia federal que se realizará a petición de la familia Brown".

El portavoz ha indicado que los agentes federales que investigan lo ocurrido también tendrán en cuenta el resultado de la autopsia realizada por orden de las autoridades del estado de Missouri en su "investigación sobre derechos civiles".