Nikos Metaxas, de 35 años, es militar de la Guardia Nacional de Chipre y ha confesado haber asesinado a cinco mujeres que trabajaban en el país como empleadas del hogar y dos de las hijas de estas. Todas ellas eran, al parecer, extrajeras. El asesino confeso se encuentra en prisión preventiva desde el pasado 18 de abril.

El cuerpo de la quinta mujer ha sido localizado en avanzado estado de descomposición dentro de una maleta en el lago de aguas rojas y tóxicas de la localidad de Mitsero. En ese mismo lugar ya fue descubierta otra de las víctimas, según indica el medio nacional Cyprus Mail.

El primer hallazgo fue fortuito. La mujer, de origen filipino, había desaparecido en mayo de 2018 y su cuerpo fue encontrado en una mina abandonada el 14 de abril. A partir de ahí, Metaxas fue detenido y confesó los crímenes de otras seis mujeres y niñas.

Gracias a esa confesión, que cuenta con diez páginas y en la que el exmilitar da detalles de sus siete víctimas, se han encontrado los cuerpos de otra mujer en la misma mina, otro cuerpo en un pozo y dos en el citado lago.

De los cinco cuerpos recuperados hasta ahora, tan solo han podido ser identificados dos, los de las filipinas Arian Palanas Lozano y Mary Rose Tiburcio.

El caso ha causado gran conmoción e indignación en el país por la negligencia de las autoridades, ya que la desaparición de algunas mujeres habían sido denunciadas hace tres años, y nunca se había iniciado una investigación.

A raíz de estos sucesos el ministro de Justicia de Chipre, Ionas Nicolaou, ha dimitido, y el jefe de la Policía ha sido destituido.

Un portavoz policial, Andreas Angelides, ha explicado que continúan con las labores de rastreo del lago.