Solicitantes de asilo que viven en la localidad de Middlesbrough, en el noreste de Inglaterra, han denunciado que han sufrido ataques racistas, debido a que las puertas de sus casas están pintadas de rojo y eso les convierte en un objetivo reconocible.
El Ministerio de Interior ha abierto una investigación sobre el extraño caso de las puertas rojas. La responsabilidad ha caído sobre la campaña privada G4S, que lleva la contrata para albergar en hogares temporales a los solicitantes de asilo.
Los responsables de la contrata se han excusado diciendo que se trata de algo "casual" y no ha sido algo "deliberado". La compañía ha anunciado que pintara las puertas de todos los colores para evitar que los refugiados que viven en esas casas se conviertan en el blanco de agresiones.
El Ministro de Inmigración del Reino Unido, James Brokenshire, ha declarado que se siente "muy preocupado" por el tema y que si "encuentra alguna evidencia de discriminación contra los solicitantes de asilo, se actuará con inmediatez" porque "ningún comportamiento así es tolerable".