Un palacio para Trump
Polémica por el 'regalo' de un palacio volador a Trump: un 'detallito' de Qatar valorado en 400 millones de dólares
Entre líneas Trump defiende el regalo como un gesto de cortesía de Qatar, pero el Congreso lo califica de "inconstitucional" y lo ve como un posible soborno, dado que el jet quedará bajo su control tras el mandato.

Resumen IA supervisado
Donald Trump está a punto de cumplir su sueño de volar en un jet privado de lujo extremo, un Boeing 747-8 transformado en una residencia aérea con suites y detalles en oro, valorado en 400 millones de dólares. Este avión, descrito como 'un palacio en el cielo', fue ofrecido por la familia real de Qatar como regalo personal a Trump. La Casa Blanca defiende el obsequio, pero no formará parte del inventario del Pentágono y permanecerá bajo control personal de Trump. Esto ha generado controversia en Washington, donde senadores lo consideran "inconstitucional" y un "soborno flagrante".
* Resumen supervisado por periodistas.
Donald Trump está a punto de convertir en realidad una de sus mayores fantasías: cruzar los cielos a bordo de un jet privado que parece sacado de un sueño dorado. Literalmente. Se trata de un Boeing 747-8 totalmente transformado en una residencia aérea de lujo extremo, con varias suites, camarotes, salones y salas de reuniones, todo recubierto con detalles en oro, del tipo que tanto gusta al presidente estadounidense. Su valor: 400 millones de dólares.
El avión, descrito como 'un palacio en el cielo', ha sido ofrecido por la familia real de Qatar como regalo personal a Trump. El 15 de febrero, el republicano visitó la aeronave en el aeropuerto de Palm Beach. Solo cuatro días después, lanzó un dardo público a Boeing: "No, no estoy contento con Boeing. Estamos buscando otras alternativas". El 'sustituto' ya estaba aparcado.
La Casa Blanca, a través de su portavoz Karoline Leavitt, ha defendido el regalo asegurando que "el gobierno catarí ha tenido la amabilidad de ofrecer un avión al Departamento de Defensa". Pero lo cierto es que el jet no entrará en el inventario oficial del Pentágono, y una vez terminado el mando de Trump, el avión seguirá bajo su control personal.
El gesto ha levantado serias alarmas en Washington. Varios senadores estadounidenses han calificado el regalo como "inconstitucional" y "un soborno flagrante", recordando que ningún presidente puede aceptar obsequios de gobiernos extranjeros sin la aprobación previa del Congreso. Desde el entrono de Trump, sin embargo, insisten en que "no hay intereses de por medio" y que "es solo un regalo".
Coincidencias o no, el primer viaje internacional de Trump en esta nueva etapa apunta de nuevo hacia Arabia Saudí, replicando el patrón de su primer mandato.