Tras detener a más de 1.500 personas que intentaron dar golpe de Estado, Brasil comienza a reactivar las instituciones del país. Después de los acontecimientos ocurridos el 8 de enero en Brasilia, la opinión pública nacional e internacional aborda varias cuestiones clave: ¿qué errores se cometieron? ¿Quién o quiénes son los responsables? ¿Cómo se habría podido impedir?

¿Qué protocolos fallaron durante el asalto en Brasilia? A pesar de que este ataque derivó de una sucesión de negligencias, hay dos de ellas que destacan sobre el resto: la suave intervención de la Policía Militar y la omisión de la verdad de las autoridades del Distrito Federal provocó que miles manifestantes camparan a sus anchas por la Praça dos Três Poderes, donde nunca debían haber entrado.

  • Acceso facilitado. Los agentes de la Policía Militar de Brasilia dejaron que los manifestantes cruzaran las barreras que les permitían entrar dentro de la explanada donde se encuentran los edificios oficiales. Una vez dentro, los agentes no tuvieron capacidad de reacción. Según él Protocolo de Acciones Integradas, las fuerzas de seguridad debían planificar y ejecutar acciones con el objetivo de mantener y preservar el orden público durante el evento.
  • Actuación policial. El aliciente que acabó con la paciencia de Lula Da Silva fue la reacción de los agentes. El presidente, que en el momento de los disturbios visitaba áreas afectadas por las lluvias en Araraquara, en Sao Paulo, se quedó sorprendido cuando le enseñaron las imágenes en las que se observaba a agentes con una actitud amigable con los asaltantes. En ese momento decidió intervenir y dar una respuesta inmediata.

¿Y la labor del Gobierno Federal? El Gobierno del Distrito Federal no supo actuar con rapidez a pesar de haber tenido avisos por parte de los servicios de inteligencia. Además, tampoco comunicó cuál era la situación a las fuerzas nacionales.

  • Antes de que se produjera el intento de golpe de Estado, la Agencia Brasileña de Inteligencia envió un informe al Gobierno del Distrito Federal, advirtiendo de que el grupo protagonista del asalto planeaba saquear bienes públicos y promover actos violentos en la sede de los Tres Poderes. Pero Ibaneis Rocha, gobernador de Brasilia y afín a Bolsonaro, decidió no aumentar la seguridad.
  • El presidente interino del Senado aseguró que pregunto a los miembros del Distrito Federal si necesitaban refuerzos ante el caos que se fue incrementando por momentos. Según él, la respuesta fue que estaba bajo control; en realidad, solo 140 agentes de la Fuerza Nacional estaban convocados para la manifestación.

¿Quiénes son los principales responsables que debían haber evitado este ataque? Hasta el momento, Ibaneis Rocha, el Gobernador de Brasilia, y el secretario de Seguridad del Distrito Federal, Anderson Torres, han sido apartados de sus funciones. El propio Lula ha señalado a Rocha por ser el culpable de haber permitido los altercados.

  • Ibaneis Rocha: La corte suprema ha apartado al líder propuesto por Bolsonaro para los próximos 90 días después de una decisión del magistrado Alexandre Morlaes. Rocha ya ha pedido disculpas en su cuenta de Twitter.
  • Anderson Torres: Tras ser nombrado como jefe de Seguridad del Distrito Federal de Brasilia, viajó a Florida. Los integrantes de la Policía Federal y ministros del Supremo atribuyen a Torres la responsabilidad de la movilización bolsonarista. Él, no obstante, ha querido defender su actuación en Twitter.
  • En el punto de mira también se encuentra el ministro de Justicia, Flávio Dino, y el jefe de la Oficina de Seguridad Institucional (GSI), Marco Edson Gonçalves Dias, que no supieron reaccionar ante la embestida violenta de los manifestantes.