Las aerolíneas niponas cancelaron 1.126 vuelos tras los más de 400 de la víspera, siempre con origen y destino en las prefecturas de Okinawa y Kagoshima, donde unas 340.000 viviendas continúan sin luz y al menos 20 personas resultaron heridas a raíz de los fuertes vientos, informó la cadena pública estatal NHK.
En la ciudad de Yakushima, situada en la prefectura de Kagoshima, se llegaron a registrar 240 milímetros de lluvia en tres horas, el mayor volumen desde hace medio siglo, dijo la Agencia Meteorológica de Japón (JMA), que advirtió del riesgo de desastres relacionados con el deslizamiento de sedimentos y los desbordamientos de ríos.
Trami, el vigésimo cuarto tifón de esta temporada en el Pacífico, tenía previsto tocar tierra en la isla de Kyushu (sur), pero desvió su curso en dirección noreste y a las 14.45 hora local (5.45 GMT) se encontraba a unos 100 kilómetros al sudoeste de la localidad de Tosashimizu, en la isla de Shikoku, según datos de la JMA.
La tormenta, catalogada como "muy fuerte" por la agencia nipona, se desplaza a una velocidad de 45 kilómetros por hora y arrastra rachas de viento de hasta 216 kilómetros por hora, por lo que la JMA recomendó a la población evitar las actividades en el exterior.
Se espera que el tifón coja velocidad en las próximas horas y pueda tocar tierra en la isla de Shikoku o el oeste de la isla principal de Honshu, donde se encuentra la capital japonesa, antes de continuar su avance por el nordeste y norte del archipiélago.
El aeropuerto internacional de Kansai, en Osaka (oeste), el tercero con más tránsito de Japón, decidió cerrar hasta las 6.00 hora local del lunes (21.00 GMT) para evitar escenas como las vividas durante el paso a principios de mes de Jebi, que lo inundó y dejó temporalmente atrapados a más de 7.000 pasajeros.