"Mi madre era una apasionada de las flores. Es una manera de conservar su memoria", así justifica Houmán Ardebili los 30.000 tulipanes que ha plantado en las calles de Teherán. Este joven iraní rinde homenaje a su madre construyéndole un jardín urbano en una avenida de la capital.

Cada año, es el tercero consecutivo, Houmán va aumentando la cantidad de tulipas plantadas. "Pagué por las flores de mi bolsillo. Lo hacía todo yo solo: compraba las flores, las trasplantaba y las cuidaba", destaca.

"Quería hacer algo en su honor que pudieran apreciar otros, por lo que empecé a plantar tulipanes", explica el joven. Este jardín urbano se ha convertido en una atracción para los turistas que, con motivo del Día de la Naturaleza iraní, se desplazan hasta la ciudad.