París tiene al 'enemigo' en casa: una plaga de chinches que afecta a las viviendas de la capital francesa ha obligado al Gobierno a intervenir para prevenir y evitar su propagación, según recoge el diario galo 'Le Monde'.

Estos insectos, que habitan entre los colchones, sábanas y moquetas, habían sido prácticamente erradicados en Francia a mediados del siglo XX. Sin embargo, según el Ministerio francés de Ciudad y Vivienda, solo en 2018 hubo 400.000 viviendas y hoteles afectados por la plaga. Unas cifras que suponen un aumento del 30% con respecto al año anterior.

El Gobierno francés achaca la aparición de esta plaga, 70 años después, a los viajes internacionales y a la resistencia de estos insectos a los insecticidas. Para hacerles frente, se ha puesto en marcha una campaña de información para la ciudadanía. Esta incluye un número de teléfono y una página web donde los afectados pueden acudir para saber identificar, evitar y deshacerse de las chinches.

 

El ministro de Ciudad y Vivienda, Julien Denormandie, ha trasladado el asunto a la Asamblea Nacional, proponiendo el desarrollo de nuevas leyes encaminadas al exterminio de estos insectos. Por otro lado, Benjamin Griveaux, candidato a la alcaldía de la capital francesa, ha sido víctima de las chinches y ha reclamado que se tomen medidas.

En unas declaraciones recogidas por la versión francesa de '20 minutos', Griveaux tacha la situación de "pesadilla" y ha destacado la importancia de no esconder el problema: "Tenemos que hablar al respecto para que la gente no se avergüence de decirlo". En este sentido, ha propuesto crear un "servicio público municipal" para acabar con la plaga.

Ya en verano de 2019, el partido político 'Francia Insumisa' reclamó que las infecciones por chinches fuesen reconocidas como un problema de Salud Pública, exigiendo al Gobierno un "plan nacional de erradicación de emergencia". Los 'insumisos', como se conoce a los diputados de esta formación, solicitaron que dicho plan fuese accesible económicamente para todos los ciudadanos, así como la prohibición de productos químicos en el tratamiento.

El Gobierno francés, que reconoce la gravedad del asunto, no descarta ejecutar las medidas planteadas. Sin embargo, en plena campaña para las elecciones municipales en Francia, aguarda antes de tomar cartas en este asunto.