Varios grupos de la sociedad civil han denunciado este viernes que la policía de Croacia aplica prácticas sistemáticas de maltrato brutal a menores inmigrantes que llegan a la frontera desde Bosnia con o sin acompañantes de padres, para expulsarlos a la fuerza.

"De la violencia no son exentos ni los más vulnerables, los niños", dijo en rueda de prensa en Zagreb la activista Tea Vidovic al presentar un informe de las ONG croatas Centro de estudios pro paz (CMS) e Iniciativa Bienvenidos, elaborado en cooperación con otras ONG internacionales.

El SMC y otras organizaciones no gubernamentales (ONG) como Amnestía International, Human Rights Watch, vienen alertando desde 2017 que la policía croata recurre a violentas e ilegales "devoluciones en caliente" de inmigrantes en la frontera con Bosnia.

Una de las actuaciones, denunciada por 'The Guardian', fue pintar cruces en la cabeza de al menos dos grupos de migrantes cerca de Eslovenia. Se les dijo que lo hacían como "medicina contra el coronavirus", unos hechos que ocurrieron en la noche del 6 al 7 de mayo.

"Nos pusieron cruces en la cabeza. A algunos les pintaron los bigotes o la frente. Nos hicieron quitarnos ropa y zapatos, se llevaron nuestro dinero y los teléfonos y les prendieron fuego. Unos diez de ellos se pusieron en fila y nos hicieron caminar por delante mientras nos golpeaban con palos y porras. Después, nos empujaron al río y nos dijeron que no regresáramos", relata uno de los solicitantes de asilo.

Las autoridades croatas niegan rotundamente las acusaciones y aseguran que solo protegen la frontera de entradas ilegales, respetando la legislación croata y europea vigente.

"Preguntamos cómo es que la policía defiende nuestra frontera pegando a niños, quitándoles sus cosas privadas, encerrándoles en furgones policiales durante horas bajo temperaturas muy altas o bajas, sin agua ni comida, disparando o usando electrochoques contra niños?", explicó la activista Ana Cuca.

Según el informe presentado hoy, el número exacto de casos de brutalidad de la policía no se conoce, pero solo Border Violence Monitoring ha registrado desde 2017 unos 209 casos concretos de expulsión violenta e ilegal de niños de Croacia.

Save the Children registró 2.969 expulsiones de niños en las fronteras de los Balcanes occidentales en los primeros nueve meses de 2019, según la citada fuente.

El documento de 50 páginas titulado "Informe sobre las expulsiones violentas e ilegales de niños y de menores sin acompañamiento" abarca un período de cuatro años. El texto recuerda que debido a este tipo de expulsiones, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tiene abiertos dos procesos contra Croacia.

Uno se refiere a la trágica muerte de la niña Madine Hussiny, de seis años, que perdió la vida atropellada por un tren en la frontera con Serbia cuando su familia fue expulsada violentamente de Croacia, y otro es el caso de un adolescente sirio, de 17 años, que fue maltratado inhumanamente y expulsado a Bosnia cuando pidió asilo en Croacia.