El Estado Islámico cada vez tiene más sitiada las antiguas ruinas de Palmira. El Gobierno sirio ha informado que un tercio de la población ya está bajo su control y teme que cumplan sus amenazas y arrasen con todo. Por eso ya han comenzado a trasladar esculturas a zonas más seguras para proteger lo que consideran no solo su patrimonio, sino la herencia de toda la humanidad.