Pakistán está sufriendo las peores inundaciones de su historia reciente. La situación es tan desoladora que el gobierno ha declarado el estado de emergencia y ha pedido ayuda internacional. Desde junio - mes en el que empezaron las lluvias monzónicas- , más de 1.000 personas han muerto y el número de viviendas destruidas supera las 200.000.

La devastación es extrema en el país. Con estas mismas palabras lo confirmaba hace unos días su primer ministro, Shahbaz Sharif. Prueba de ello es la situación en la que se encuentran sus ciudadanos: 33 millones de personas viven en las zonas anegadas, pues las crecidas han destruido 200.000 viviendas y han dañado otras 500.000. El lodo ha sepultado vehículos, negocios y casas.

Mientras que los vecinos hacen frente a la situación, también buscan a los cientos de desaparecidos, como es el caso de Mohammad Azeem. Él mismo cuenta a las cámaras que han perdido la pista de muchas personas cercanas. "Los hijos de nuestros vecinos fueron arrastrados y hay seis metros de agua por todas partes", explica.

Y la situación está lejos de mejorar. El noroeste de Pakistán vive prácticamente sobre el agua, pues 150 puentes y tres mil kilómetros de carreteras han quedado inutilizados. La única manera de moverse es en barca por unas calles completamente inundadas. El país ha pasado en los últimos meses por un total de ocho ciclos de lluvias intensas, cuando lo normal es tener entre tres y cuatro, explica el experto en meteorología de laSexta Francisco Cacho.

"Allí el viento cambia. En invierno lo tienen de componente norte, continental, reseco y este año muy cálido con olas de calor que se prolongaron desde marzo a mayo. Y eso favorece a que en verano, cuando cambia el viento, ese Monzón - que llega desde el Índico cargado de humedad - deje precipitaciones más abundantes".

Las inundaciones han obligado al Gobierno a declarar el estado de emergencia. Pide ayuda internacional para afrontar una "crisis humanitaria de proporciones épicas inducida por el clima".