Pablo Ibar, hispanomericano de ascendencia vasca de 47 años, que fue declarado culpable por un jurado el pasado 19 de enero de un triple asesinato cometido en Miramar (Florida) en 1994, se ha levantado del banquillo de los acusados antes de comenzar la sesión de la segunda parte del juicio en la que se dictará sentencia, para acusar al juez Dennis Bailey de ir contra él y de favorecer "constantemente" a la Fiscalía, que pide para él la pena de muerte.

En vísperas de que se conozca si el jurado recomienda a Bailey que dicte una sentencia de condena a pena capital o a cadena perpetua, el acusado ha perdido los nervios, se ha levantado, ha señalando con el dedo al magistrado y le ha recriminado que vaya "en su contra".

De esta forma, se ha referido al hecho de que el juez haya rechazado las numerosas peticiones realizadas por los abogados de la defensa, mientras admitía los requerimientos del ministerio público. Los letrados que defienden a Pablo Ibar, disgustados, no han podido evitar que el procesado realizara este reproche al juez, aunque finalmente, éste se ha recompuesto y se ha vuelto a sentar, para proseguir con la vista oral.

Este episodio se ha vivido justo antes de iniciarse una nueva sesión de la segunda fase del juicio en los tribunales de Fort Lauderdale, en la que han testificado el embajador de España en EEUU, Santiago Cabanas, el cónsul general español en Miami, Cándido Creis, el padre del encausado, Cándido Ibar, sus tres hermanos y su mujer, Tanya.

Cabanas y Creis han comparecido como testigos de la defensa para realizar un alegato contra la pena de muerte y evitar que Pablo Ibar sea condenado a muerte. "La vida de Pablo es importante para su familia y la familia de Pablo es importante para él. Merece la pena salvar la vida de Pablo", ha asegurado el embajador antes de comenzar la sesión.

También Tanya Ibar ha mostrado su deseo de poder llegar con estos testimonios, al menos, "al corazón" de uno de los doce miembros del Jurado. La falta de unanimidad evitaría la condena a la pena capital y supondría una sentencia a cadena perpetua. Además, sus tres hermanos han asegurado que se trata de "la persona más buena" que conocen. Uno de ellos se ha dirigido al tribunal popular para asegurar que sería "una tragedia" que su hija recién nacida no conociera a su tío.