Llega como 'empresario en jefe'.
Oropeles, autócratas y tronos: un Trump en su salsa llega a Riad en busca de inversiones, contratos y millones de dólares
Sí, pero La crisis de liquidez de Arabia Saudí podría complicar el compromiso que la monarquía saudí ha adquirido con el republicano de invertir hasta 600.000 millones de dólares.

Resumen IA supervisado
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se encuentra en su salsa durante su gira por el Golfo Pérsico, donde el príncipe Bin Salmán lo recibió con gran pompa en Riad. El objetivo principal de Trump es cerrar acuerdos comerciales, más para su beneficio personal que para el país. Acompañado por Elon Musk, Trump busca firmar contratos millonarios, aunque las promesas de inversión de Arabia Saudí parecen improbables debido a su crisis de liquidez. La visita genera polémica por los intereses familiares de Trump, que incluyen acuerdos inmobiliarios y un fondo de inversión con el príncipe saudí.
* Resumen supervisado por periodistas.
Entre oropeles y autócratas. El presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, está en su salsa. Así le ha recibido el príncipe Bin Salmán en Riad en el marco de una gira que le va a llevar por varios países del Golfo Pérsico y en el que su único objetivo es hacer negocios. En concreto, el republicano quiere firmar contratos y más contratos, más para él que para el país que dirige. Un viaje en el que, cabe destacar, le acompaña Elon Musk.
Todo el boato, toda la pompa ha desplegado en la capital saudí la corona. De grana y oro —y también púrpura— desde el 'Air Force One' hasta palacio. Todo para un Trump que se mostraba encantado, quizás por haber sido reverenciado y literalmente entronizado. Eso sí, no tanto como presidente o comandante estadounidense, sino como 'empresario en jefe'.
En ese sentido, el economista Ernesto Campos ha recordado a laSexta que "Trump es más promotor inmobiliario que estadista clásico". Por eso, "su estilo es el de la negociación agresiva, el todo o nada, y eso desconcierta a los diplomáticos"
El neoyorquino, en su salsa entre autócratas, asegura que sacará acuerdos por un millón de millones de esta gira por el Golfo Pérsico, la primera internacional de este su segundo mandato. Aunque, para empezar, los 600.000 millones dólares que le ha prometido invertir Arabia Saudí son improbables, según los economistas, por la crisis de liquidez de los saudís.
Pero "lo de ir a rendir pleitesía a Bin Salmán, que cuando no está descuartizando personas tiene mucho dinero, lo han hecho todos" los predecesores de Trump como George Bush o Barack Obama, ha indicado este martes en Al Rojo Vivo el corresponsal diplomático y analista internacional de 'El Periódico', Mario Saavedra. En este caso, no obstante, hay que tener en cuenta que el monarca saudí fue de los primeros en felicitar a Trump. Lo hizo en una llamada en la que le prometió inversiones.
De esta manera, la polémica está servida. Además, porque aquí pesan mucho los negocios familiares. Y es que los Trump tienen, que se sepa, media docena de acuerdos inmobiliarios pendientes, tratos frecuentes con una firma saudí de lujo para hoteles, edificios y campos de golf, 'criptoinversiones' varias. De hecho, el yernísimo, marido de Ivanka, cuenta con un fondo de 2.000 millones con el mismísimo príncipe heredero.
Más allá de Trump, grandes empresarios, e inversiones, las amistades también se presentan como necesarias las amistades en esta gira. Prueba de ello, que en este viaje de Trump no podía faltar el inefable Elon Musk. Está claro que entre millonarios megalómanos anda el juego.