Oriente Medio se enfrenta a una escalada de tensión en la región sin precedentes desde hace décadas tras el estallido de la guerra entre Israel y Hamás. El asesor de seguridad nacional israelí, Tzachi Hanegbi, ha amenazado al grupo militante libanés Hizbulá con la "destrucción del Líbano", en caso de que inicie una "segunda guerra" en el frente entre Israel y El Líbano, mientras este domingo han vuelto a sucederse los ataques entre el Gobierno de Netanyahu y el grupo de milicianos libanés en la frontera de El Líbano e Israel ha decretado el cierre de una franja de 4 kilómetros en la frontera.
El brazo armado de Hamás, las Brigadas Al Qassam, ha asegurado haber disparado una veintena de misiles este domingo desde el Líbano contra dos asentamientos israelíes, mientras Hizbulá celebraba haber causado "bajas en las filas enemigas" en el ataque a cuarteles israelíes con misiles guiados.
Entretanto, Siria acusa a Israel de haber llevado a cabo un ataque contra el Aeropuerto Internacional de Alepo que lo ha dejado fuera de servicio la madrugada de este domingo. Fuentes militares expresaron a la agencia de noticias estatal SANA que "esta nueva agresión constituye una afirmación del enfoque criminal de la entidad de ocupación israelí", y señalaron a Israel por "sus continuos crímenes contra el pueblo palestino y las masacres que comete contra civiles inocentes, incluidos mujeres y niños".
Por su parte, Israel acusa a Irán de intentar abrir un segundo frente de guerra desplegando armas en Siria o a través de ella, mientras este mismo sábado la agencia de noticias Visegrád 24 informaba de que aviones de guerra no identificados, presuntamente israelíes, atacaron un convoy militar iraní cerca del cruce fronterizo de Al-Bukamel, entre Irak y Siria.
Irán es, precisamente, un actor clave. Israel le acusa de estar detrás de la financiación y la inteligencia de Hamás y Hizbulá, mientras capitanea el Eje de la Resistencia contra Israel. Precisamente, este mismo fin de semana, Irán ha elevado el tono y ha afirmado que sus aliados tienen "los dedos en el gatillo, listos para disparar" si sigue el asedio a Gaza.
Los ataques con Hizbulá se recrudecen en El Líbano
Desde el pasado sábado, los ataques entre la milicia libanesa y el ejército israelí han sido frecuentes. Ya el miércoles, Hizbulá lanzó misiles a Israel desde el sur del Líbano y las tropas de Netanyahu respondieron con bombardeos aéreos en el sur del país. Este fin de semana, Israel ha elevado el tono: "Esperamos que Hizbulá no provoque, de facto, la destrucción del Líbano, porque si hay una guerra, el resultado no será menor".
Apenas horas después, Hizbulá volvía a tentar a Israel con un misil lanzado al sur del país que ha acabado con la vida de, al menos, una persona. Las autoridades israelíes han confirmado un hombre de 40 años fallecido y otros tres heridos que han sido evacuados a un hospital en Nahariya, informa el diario israelí 'Haaretz'. En respuesta, las Fuerzas de Defensa de Israel han informado que están lanzando ataques contra el origen de los disparos.
Poco después, Israel ha declarado zona cerrada una franja con una anchura de 4 kilómetros a lo largo de la frontera libanesa. "Evaluando la situación y el reciente incidente de disparos en el norte de Israel, se ha cerrado un área de hasta 4 kilómetros a partir de la frontera con Líbano. Las Fuerzas Armadas subrayan que está prohibido entrar en este área y pide al público tenerlo en cuenta y no entrar", señala un comunicado difundido por la institución castrense. "A los civiles en un área de hasta 2 kilómetros desde la frontera se les pide quedarse cerca de lugares protegidos", ha agregado el Ejército. En total, a lo largo del domingo, se han producido más de una decena de ataques desde uno y otro frente.
La guerra entre Israel y Hamás no ha hecho más que recrudecer un conflicto que ya suma décadas. Israel y El Líbano son dos países enfrentados históricamente por un conflicto que arrancó con la guerra civil de 15 años durante la década 1980 que enfrentó culturas y religiones en El Líbano. Los palestinos que estaban refugiados en Líbano empezaron a planear ataques contra los israelíes, hostilidades que terminaron con la invasión de Líbano por parte de Israel.
El ejército israelí llegó hasta Beirut, su capital, pero en plena ocupación, nació una milicia armada libanesa con el objetivo de luchar contra Israel: Hizbulá ('Partido de Dios' en árabe). En los últimos 20 años, gracias a la financiación de Irán, la organización ha crecido enormemente. Tanto, que en el año 2000 consiguió expulsar a Israel de los territorios que seguía ocupando en el sur de Líbano.
En estos últimos años, el brazo armado de Hizbulá, el grupo terrorista, ha seguido atacando a Israel. Tanto en la frontera como fuera de ella, y con gran apoyo desde el Líbano, ya que la organización libanesa también es un partido político que incluso ha formado parte del Gobierno del país.
Actualmente, Hizbulá es una de las milicias más armadas de todo el mundo. Según su líder, el grupo terrorista cuenta con 100.000 combatientes y posee 150.000 misiles de precisión. En caso de lanzar un mísil, Hizbulá podría llegar a cada centímetro cuadrado de la superficie de Israel.
El papel de Irán
La financiación de Irán a Hizbulá le sitúa, irremediablemente, como otro de los actores clave en esta escalada de tensión. El islam se convirtió en el núcleo del Gobierno del ayatolá Jomeini después de que en 1979 triunfara la revolución islámica que puso fin al periodo del Sha.
Desde entonces, Irán es una de las potencias más enfrentadas con el Gobierno israelí. De hecho, en 2010 Irán comenzó a capitanear el Eje de la resistencia, una alianza chiíta contra el Estado Judío en la que también se encuentra Siria, milicias iraquíes y grupos para los que su apoyo es conocido, como Hizbulá, el movimiento palestino sunita de Hamás o los rebeldes hutíes del Yemen.
Este mismo fin de semana, la república islamista advirtió a Israel de que el Eje de la Resistencia "tiene los dedos en el gatillo listos para disparar" si continúan los crímenes israelíes en Gaza. El ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, afirmó que "la repuesta se dará en el momento oportuno, en el momento en el que decida el movimiento de la resistencia, en el caso de la inactividad de la comunidad internacional, la ONU y actores".
Además, según el diario 'The Wall Street Journal', Irán habría ayudado a preparar el ataque de Hamás a Israel. En concreto, miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán habrían ayudado desde agosto pasado a planificar el ataque e incluso habrían dado luz verde para su inicio, según fuentes de Hamás y de Hizbulá citadas por el periódico neoyorquino. Un hecho que desde Irán niegan, aunque celebran abiertamente el ataque de Hamás.
Hoy, Irán ha insistido en que no será un mero "espectador" ante los crímenes cometidos en Gaza y ha vuelto a alertar sobre la posibilidad de que el conflicto se extienda por la región. El ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, ha alertado de que la posibilidad de que se abran otros frentes en la guerra "aumenta cada hora" si no se detienen las agresiones en Gaza y ha insistido en que "todos los escenarios están sobre la mesa", para acabar lanzando un mensaje a Estados Unidos: "Ellos también sufrirán grandes pérdidas".
Ante la evidente crecida de tensión de las últimas horas, Estados Unidos ha avisado a través de canales privados al Gobierno iraní de que se abstenga de emprender cualquier iniciativa que agrave todavía más la crisis abierta por la guerra de Gaza. Según ha confirmado el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en los últimos días, ambas potencias han mantenido conversaciones. "Tenemos medios para comunicarnos en privado con Irán, y los hemos utilizado en los últimos días. Y les hemos dicho en privado lo que siempre hemos dicho en público", afirmaba.
¿Cuáles serían las consecuencias de la entrada de Irán en el conflicto?
La entrada directa de Irán en la guerra entre Israel y Hamás podría cambiar el mapa político de Oriente Medio y elevar el conflicto a términos con consecuencias desastrosas para la comunidad internacional.
El analista internacional Pedro Rodríguez ha explicado en laSexta que "el riesgo de escalada" es alarmante: "Puede acabar en una guerra regional, muy fácilmente". "El riesgo de que Irán, a través de sus práxis, pueda escalar el conflicto, es muy alto", insistía el experto, que indicaba que la potencia de armamento de Irán, pese a no tener armas nucleares, es "increíblemente destructiva". "No tiene armamento nuclear, pero tiene el armamento nuclear de los pobres, que es un programa de armas químicas y toda clase de misiles. Pueden atacar cada centímetro de Israel y bloquear las exportaciones de petróleo en el estrecho de Ormuz", zanjaba.
Además de las pérdidas personales y patrimoniales que puede suponer un conflicto de estas características, las consecuencias implicarían de inmediato a los gobiernos occidentales. En un primer escenario por el precio de los carburantes.
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Los analistas de Banca March explican que "Irán extrae alrededor de 3,5 millones de barriles al día de petróleo, algo más del 3% de la producción global" y, además, recuerdan desde la gestora Edmond de Rothschild, "tiene capacidad de bloquear el estrecho de Ormuz, como ya ha hecho en el pasado, y puede destruir fácilmente los yacimientos petrolíferos vecinos". Por no tratar las posibles alianzas internacionales que podría acarrear su entrada en la guerra entre Israel y Hamás.