Isabel II ha sido la persona que más tiempo ha reinado de Reino Unido. Y se convirtió en la segunda monarca que más ha permanecido en toda la historia en su reinado, al superar al tailandés Bhumibol Adulyadej, que estuvo en su cargo durante 70 años y 126 días, hasta su fallecimiento en 2016. Isabel II lo ha hecho durante 70 años y 214 días: el 8 de septiembre de 2022 fue su último día de reinado; la monarca fallecía en Balmoral (Escocia), en su residencia de verano.

¿Y ahora qué? Lo cierto es que la planificación de lo que tiene que ocurrir ahora no se deja a la improvisación: existe un plan, 'secreto' hasta hace cierto tiempo, en el que se gestionan todos y cada uno de los pasos a dar después de la muerte de la reina. 'Operación Puente de Londres' ya no es una expresión ajena a casi nadie: "El puente de Londres ha caído" es aquella expresión que desde hace tiempo se dice que es la que se iba a pronunciar tras el fallecimiento de la monarca, la que alguien le tendría que trasladar al primer ministro, ahora primera ministra, Liz Truss, para comunicarle el fallecimiento de la reina.

Si bien este (y otros pasos) de la planificación de todo lo que ocurrirá ahora, que Isabel II haya fallecido en Escocia cambia un poco las cosas; eso no implica que haya que improvisar. En esta coyuntura, apenas nada se deja al azar. La 'Operación Unicornio' es la que se activa en este caso, precisamente en el escenario en el que Isabel II falleciera en su residencia de Balmoral (Escocia), donde hace tan solo unos días recibía a la propia Truss. Tanto esta como el resto de operaciones —la que se activaría en el caso de su fallecimiento en Londres o en otro lugar—, el primer día, el Día D, se dedicaría a realizar una 'cascada de llamadas' para informar, en primer lugar, al primer ministro o primera ministra y al resto de autoridades. Una vez comunicado esto, la Casa Real tiene que emitir un comunicado al resto de la ciudadanía para comunicar el fallecimiento. Esto es lo que ha hecho pasadas las 19:30 (hora española):

Para este momento, la familia real británica tiene unas estrictas normas en lo que al entorno digital se refiere: la página web de la Familia Real cambia su fondo blanco por un fondo negro, mientras que tanto la del Gobierno como otras instituciones públicas pondrán alguna señal de luto; además, no se comunicará contenido no urgente y se prohíben los retuits desde la cuenta oficial de la Casa Real, salvo que así lo ordene la jefatura de comunicaciones del Gobierno central. Además, el Gobierno será el encargado de anunciar un minuto de silencio y el Día D+1, un día después de todo esto, es cuando se izarán las banderas y a las 11:00, Carlos será proclamado rey.

Este mismo día, Wesminster queda cerrado bajo llave, para proceder a un proceso de limpieza profunda: 1.500 metros de suelo empedrado se cubrirán con moqueta, desde la abadía se llevarán las velas y las calles del entorno se convierten en espacios ceremoniales: habrá espacio para unas 7.000 personas en Horse Guards Parade y para 1.345 en Carlton House Terrace. Este día, además, se elegirá a las diez personas que portarán el féretro de la reina, para que puedan comenzar a practicar: hay que tener en cuenta que los ataúdes de la Familia Real británica están revestidos en plomo —tal y como apunta 'The Guardian', el de Lady Di pesaba un cuarto de tonelada—. También ese día, a las 18:00, se espera el primer discurso del nuevo monarca.

Desde Balmoral a Londres: así funciona la operación

En contra de lo que se pudiera pensar, los planes para gestionar la muerte de la reina desde Balmoral, donde suele pasar unos tres meses cada año, son los más elaborados. Según recoge 'The Guardian', en este punto comenzaría toda una oleada de rituales al estilo escocés: en primer lugar, el cuerpo de la reina se trasladaría a un palacio más pequeño, el de Holyroodhouse, en Edimburgo, donde tendrá que ser custodiado por la Compañía Real de Arqueros. Después de esto, el ataúd será trasladado hasta la catedral de St. Giles, donde se celebrará una misa antes de subir a bordo del Tren Real en la estación de Waverley.

Desde aquí parte, en un fúnebre viaje, pasando por todas las estaciones de la ruta donde se espera que miles de personas se arremolinen cerca de las vías para despedirse de su monarca y arrojar flores al tren. Tal presencia se espera que viajará detrás de este otro tren, encargado de limpiar los restos de la vía para que no perjudiquen a los siguientes.

Una vez que el féretro llega a Londres, el plan se 'reúne' con el resto, ya que en cualquiera de los escenarios posibles los siguientes pasos son los mismos: el cuerpo de la reina se lleva a la sala del trono del Palacio de Buckingham, en Londres, un espacio que da a la esquina noroeste del patio interior. Allí habrá un altar, un paño mortuorio, estarán el estandarte real y cuatro Guardias Grenadiers. Esto tiene que ocurrir el Día D+2, es decir, dos días después de que se confirme la muerte de la monarca.

Flores tras la muerte de Lady Di

Por los pasillos del Palacio, cuenta 'The Guardian', estarán los que han sido empleados de la reina desde hace más de medio siglo, siguiendo una serie de procedimientos que ya se saben de memoria. Mientras, la prensa se reúne en la parte inferior de Green Park, en Canada Gate. "Tengo un libro de instrucciones de un par de pulgadas de grosor", explicaba al periódico un director de televisión que ya en 2017 aseguraba que cubriría la muerte de la reina. ¿Por qué en este punto? Porque bajo esta zona transcurre un cable de fibra óptica especial, instalado para la transmisión de eventos estatales británicos. Después de más de 70 años de reinado, y aunque prácticamente ninguno de los presentes haya vivido algo similar antes, se espera que todo el mundo sepa exactamente qué hacer.

En el resto del país, todas las banderas ondearán a media asta y las campanas doblarán por la reina. En 1952, por la muerte del rey Jorge VI, la campana Gran Tom de la Catedral de San Pablo de Londres sonó a cada minuto durante dos horas; las de la abadía de Westminster empezaron a sonar y la campana de Sebastopol sonó 56 veces en Windsor, una por cada año de vida del monarca, desde las 13:27 hasta las 14:22.

Los siguientes días tras la muerte de Isabel II

Mientras, el tercer día (Día D+3) tras el fallecimiento de su madre el príncipe, ya entonces rey, Carlos, tendrá que comenzar su gira por Reino Unido: ha de empezar por por Escocia, donde recibirá las condolencias de los escoceses en la Catedral de St. Giles, en Edimburgo; después, tendrá que viajar a Irlanda del Norte, para hacer lo propio en el castillo de Hillsborough y en la catedral de St. Anne, en Belfast. Entretanto, frente a Buckingham se ensayan los preparativos para la procesión del ataúd, que no tendrá lugar hasta el día siguiente: es entonces cuando el féretro de Isabel II se trasladará a Westminster Hall en lo que se conoce como el primer gran desfile de la 'Operación Puente de Londres'. La preparación de este desfile se basa en la logística de los Juegos Olímpicos de 2012.

Allí, en Westminster, reposarán los restos de la monarca durante tres días (este tramo del operativo se conoce como 'Pluma'), que podrán ser visitados 23 horas al día. Mientras el sexto día se realizará un ensayo para el cortejo fúnebre, el séptimo el rey Carlos recibirá condolencias desde Gales, pasando por el Parlamento y la catedral de Liandaff, en Cardiff. El día del funeral será el Día D+9, y antes del amanecer es el momento de extraer las joyas del ataúd para limpiarlas: durante el funeral del rey Jorge, dos joyeros tardaron cerca de dos horas en retirar todo el polvo. El día del entierro es casi día festivo: la mayor parte de los británicos trabajará en horario de festivos o no lo hará, y la mayor parte de los comercios estarán cerrados; la Bolsa tampoco operará ese día. En la víspera, habrá misas nocturnas por todo el país. De hecho, barajan la posibilidad de recurrir a los estadios de fútbol para celebrar servicios conmemorativos si fuera necesario, tal y como se puede leer en el diario británico.